Llegó el ocaso de las hipotecas baratas

En poco más de dos semanas, el euribor a 12 meses, indicador de referencia de las hipotecas, ha dado un espectacular salto de 60 milésimas, impulsado por las muestras de debilidad que sigue mostrando el sistema financiero.

En lo que llevamos de julio, este tipo ha pasado del 1,320% al 1,347% y amenaza con concluir este estival mes en el 1,412%, nivel que dejó atrás hace un año. Además, hay que echar la vista atrás dos años, hasta julio de 2008, para encontrar cuatro meses consecutivos de subidas.

Esta tendencia, sumada a la progresiva retirada de las inyecciones de liquidez que en los próximos meses deberá llevar a cabo el Banco Central Europeo, hace temer que el indicador vaya a continuar con su tendencia a alza, una escalada que repercutirá directamente en las hipotecas.

Los préstamos para adquirir una vivienda se han beneficiado de la histórica política de tipos de interés mínimos aplicada por el BCE desde mayo de 2008. Con esta decisión, el organismo dirigido por Jean Claude-Trichet reaccionó a la crisis financiera internacional que cerró de golpe el grifo crediticio del sistema.

La medida tuvo efecto en el euribor y, a partir de octubre de 2008, éste comenzó una imparable espiral de caídas que no tocó suelo hasta el pasado mes de marzo. Sin embargo, este balón de oxígeno para los hipotecados ha sido contrarrestrado con los elevados diferenciales que cobran las entidades.

De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística, el tipo de interés medio de las hipotecas concedidas en el mes de abril (último periodo con cifras oficiales) se situó en el 3,92%, es decir, 2,70 puntos más del mínimo histórico del 1,215% que marcó el euribor un mes antes, en marzo, y que actuó de referencia en la mayoría de estos créditos.

Las cajas de ahorros, que condieron la mitad de las préstamos hipotecarios de abril, cobraron un interés todavía mayor, del 4,07%. Y todo parece indicar que cuentan con poco margen para competir con los bancos y jugar en la liga de las hipotecas baratas.

De hecho, los expertos advierten que las cajas, junto con los bancos regionales alemanes y las entidades griegas seguirán en el ojo del huracán durante los próximos meses. Ni siquiera el optimismo generado en torno a los test de estrés del sistema financiero europeo, cuyos resultados se conocerán el próximo viernes, han conseguido auyentar los temores en torno a las cajas.

Los 36.000 millones de ayudas estatales que necesitarán estas entidades, según las estimaciones de Barclays, unida a su excesiva exposición al ladrillo, hacen difícil pensar que puedan cambiar de tercio y empezar a jugar una guerra de hipotecas.

Las tensiones en el interbancario, que están detrás del lento pero progresivo aumento del euribor, tendrán su primera prueba de fuego el próximo viernes, con los resultados de los test de estrés, que demostrarán hasta qué punto está enfermo el sistema financiero y, sobre todo, qué entidades siguen dando signos de peligrosa debilidad.

Si se confirman las sospechas y las cajas de ahorros están entre las tocadas, la mitad del mercado hipotecario español seguirá sufriendo y, con él, las hipotcas.

La siguiente cita clave serán las señales que vaya dando el BCE al mercado sobre la retrirada de las inyecciones de liquidez, que tensarán o relajarán el interbancario y, por ende, la evolución del euribor.

Pero la definitiva prueba de fuego llegará, según los expertos, a partir del mes de marzo de 2011, cuando podría empezar a romperse la histórica política de tipos mínimos. Para alcanzar esa fecha faltan apenas ocho meses...y el euribor de referencia se mide a doce. ¿Seguirán los tipos en el 1% para entonces?