Londres y Berlín evidencian sus diferencias en política comunitaria

  • Los gobiernos de Alemania y el Reino Unido evidenciaron hoy en un congreso de política exterior sus opuestas visiones de futuro para la Unión Europea (UE), tras la cumbre de Bruselas que dejó patentes las distancias entre Londres y Berlín.

Berlín, 23 oct.- Los gobiernos de Alemania y el Reino Unido evidenciaron hoy en un congreso de política exterior sus opuestas visiones de futuro para la Unión Europea (UE), tras la cumbre de Bruselas que dejó patentes las distancias entre Londres y Berlín.

El ministro británico de Exteriores, William Hague, defendió en el segundo Foro de Política Exterior de Berlín una UE mínima, de "geometría variable" y "distintos grados de integración", donde nadie salga perjudicado por las decisiones de otros Estados miembros.

Por su parte, su homólogo alemán, Guido Westerwelle, apostó por una mayor y mejor integración europea basada en el "pacto fiscal, el fondo de rescate permanente y el pacto por el crecimiento", estrategias a las que el Reino Unido no se ha adherido.

Hague aseguró que "el camino de futuro de la UE no es más centralización y uniformidad, sino flexibilidad y geometría variable, que permita diferentes grados de integración en diferentes áreas", en claro contraste con las tesis que defiende Berlín.

Añadió que no todos los asuntos se deben dirimir de forma coordinada, que "una UE más efectiva no significa una UE más grande, más cara y más centralizada".

Además, afirmó que el principal problema de la UE en la actualidad es la crisis de la eurozona y reclamó una "solución sostenible tan rápido como sea posible", aunque evitó proponer medidas concretas.

"Claramente, las estructuras actuales de la eurozona no funcionan", indicó el jefe de la diplomacia británica, aunque reconoció que "las opciones a que se enfrenta la eurozona no son fáciles".

En este ámbito, Hague advirtió de que el plan para establecer una unión bancaria en la eurozona presenta cuestiones "complejas y a veces difíciles" y subrayó que algunos puntos de esta propuesta afectan negativamente a los Estados de la UE que, como el Reino Unido, no comparten el euro.

"Hay cuestiones obvias para los países que no están en la eurozona", dijo, para señalar que si los Estados de la zona euro votan siempre en bloque dejarán al resto de miembros comunitarios en minoría.

La integración de ciertos países en ámbitos determinados se debe hacer "de forma que no deje en desventaja a aquellos que no quieran participar en todo y que preserve aquello que todos apreciamos", apuntó en referencia al mercado común.

Por eso, abogó por la "expansión y profundización del mercado común", "uno de los mayores logros de la UE", porque en el comercio, a juicio de Hague, está la mayor baza europea para volver al crecimiento económico.

Por su parte, Westerwelle recalcó la importancia de trabajar "unidos" en el seno de la UE y señaló que los pilares de esta cooperación, que aportan una "nueva cualidad" a la "unidad europea", son el "pacto fiscal, el fondo de rescate permanente y el pacto por el crecimiento".

"No se trata simplemente de 'Más Europa'. Se trata de una necesaria 'Mejor Europa'. En este ámbito se incluye el consecuente análisis del principio de subsidiariedad", argumentó el jefe de la diplomacia alemana, cargando contra la postura británica.

Para Westerwelle, "al final del camino del que ahora nos ocupamos debe haber un día una unión política. Ella debe completar la unión económica y monetaria. A la vez, debería establecerse una política exterior y de seguridad común en sentido pleno".

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