Los “barones” del psoe respaldarán el rechazo a la reforma financiera si el gobierno no la modifica


Los dirigentes territoriales del PSOE respaldarán un eventual rechazo a la reforma financiera aprobada por el Gobierno en caso de que se someta a votación en los mismos términos en los que salió del Consejo de Ministros, por entender que rompe la continuidad de las anteriores y no garantiza que sea el propio sector el que asuma el coste de su saneamiento sin pérdidas para el Estado.
Esa es la principal conclusión del Consejo Territorial del PSOE, según explicaron a Servimedia varios de sus miembros, después de analizar el decreto del Gobierno y el resto de medidas aprobadas hasta ahora, especialmente los recortes en educación y sanidad.
En la rueda de prensa cuando aún no había terminado la reunión, el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, se centró en denunciar la “debilidad” creciente de España tras cuatro meses de gestión del PP y subrayar la necesidad de alcanzar “grandes acuerdos” entre las fuerzas políticas, entre las instituciones y entre los agentes sociales.
Sobre la reforma financiera, se limitó a explicar que el decreto es “complejo” y aún estudian algunos de sus aspectos antes de fijar una posición sobre la convalidación.
En todo caso, Rubalcaba se remite a un “marco general” de medidas contra la crisis, del que forma parte la reforma financiera pero también la sanitaria y la educativa, para intentar conformar una hoja de ruta en la que pueda haber margen de diálogo y posible acuerdo con el Gobierno.
En esa línea, los “barones” socialistas tienen claro que la reforma financiera no puede ser respaldada por el PSOE en sus actuales términos porque los ciudadanos no entenderían que el dinero que se recorta a la sanidad y a la educación se inyecte en los bancos sin siquiera garantías de recuperación.
Alguno de los dirigentes territoriales explicaba fuera de la reunión que una de las líneas rojas que ese decreto traspasa es que las pérdidas o quiebras de entidades ya no serían respaldadas por el propio sector sino por el Estado, lo cual rompe la continuidad de las reformas anteriores, desde la iniciada por José Luis Rodríguez Zapatero en la anterior legislatura hasta la última.
Eran muchos los que entraban a la reunión convencidos de que el PSOE tiene que intentar dialogar con el Gobierno y actuar con responsabilidad, y la tónica general en el encuentro fue compartir la idea de que es el Gobierno el que tiene que “facilitar” ese acercamiento y, en caso de que se mantenga firme en sus posiciones, el PSOE tiene que marcar la suya sin prestarse a avalar algo que consideran perjudicial para el país.
Junto a eso, destacan la improvisación en las formas, los continuos cambios de criterio del Gobierno, la información contradictoria que llegaba los días precedentes sobre las medidas concretas que se barajaban.
Por eso, no descartan el voto en contra al decreto, tampoco la abstención, y el respaldo sólo llegaría en caso de que el Gobierno modificara aspectos sustanciales del decreto y se comprometiera a negociar los otros ámbitos de ese marco general que señalan desde el PSOE, la sanidad y la educación.
En todo caso, será la dirección del PSOE la que decida en último término el sentido del voto en la convalidación del decreto, una vez recogidas las sensaciones coincidentes dentro del Consejo Territorial.
Los socialistas quieren dejar claro que su respaldo “por responsabilidad” a la entrada del Estado en Bankia y su apoyo a las anteriores reformas financieras, continuidad de las acometidas la pasada legislatura, no son un cheque en blanco al Gobierno.
En esa línea están todos de acuerdo, aunque hay matices sobre las condiciones en las que podría haber un acercamiento con el Gobierno, sobre el papel que debe jugar el PSOE para facilitar el acuerdo, o si depurar rsponsabilidades por la situación del sistema financiero, en especial de Bankia, es o no una prioridad.
La voz más discordante fue la del madrileño Tomás Gómez, el más contrario a la reforma financiera por entender que endeuda al Estado mientras retrasa la recuperación económica, y también el único abiertamente partidario de aprovechar la nacionalización de Bankia para crear un embrión de banca pública.

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