Los silos se llenan de cebada

Los precios bajos y el hachazo de la PAC ahogan la mejor cosecha en tres décadas

Los agricultores se quejan por tener los mismos precios de hace cuarenta años mientras se han triplicado los costes, en pleno recorte de las ayudas europeas.

La Junta cifra en 2,6 millones de toneladas la cosecha de cereal, un 59% menos respecto a la media del último lustro
Los precios bajos y el hachazo de la PAC ahogan la mejor cosecha en tres décadas.
EUROPA PRESS

En plena cosecha de cereal de invierno, el campo español apunta a una cosecha de trigo, cebada, avena y centeno “de récord”. “La mejor de los últimos 35 años”. Un 60% mayor que en 2019, apuntaba estos días el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Jesús Julio Carnero. Solo en Castilla y León, el granero de España con una producción del 40% del cereal nacional, se cosecharán 8,4 millones de toneladas, y en el conjunto del país, según datos del Ministerio de Agricultura, la cosecha asecenderá a 20,4 millones de toneladas.

Pero en el campo todo tiene sus contrapartidas y nunca la dicha es completa. Los precios en el mercado nacional e internacional han bajado, por ahora, un 20%. Las organizaciones agrarias piden a los agricultores que “no se precipiten” y vendan de manera inmediata sus producciones a la espera de que los precios vayan aumentando en las próximas semanas. Por ello, de momento, buena parte del cereal español de queda en los silos con el fin de “no perder” o dejar de ganar, 500 millones de euros en esta campaña 2020.

"En este momento, el diferencial de precios hace que los agricultores tengamos una merma de ingresos con la cosecha que tenemos respecto a 2019 de cerca de 200 millones de euros en Castilla y León” y de cerca de “500 millones” en toda España, según asegura Donaciano Dujo, presidente de Asaja en Castilla y León. Por ello, esta organización agraria pide a los agricultores que “no se precipiten” y “tengan prudencia” a la hora de vender su cosecha y a la espera de que los precios del cereal en los mercados comiencen a repuntar como, de hecho, está ya sucediendo en los últimos días, merced a una ‘regular’ cosecha de cereal en centroeuropa, principalmente en Francia.

La situación es similar en el otro granero español, en Castilla-la Mancha. Cuenca, por ejemplo, es la mayor productora de cebada de España. Aquí la cosecha también es “buena”, como la califican organizaciones agrarias como Asaja o UPA. “Un 20% mayor que la de una campaña ‘normal’”, con un rendimiento por hectárea de 4.000 kilos de cebada, pero los precios son “como los de hace 20 años”, en el entorno de los 145 euros la tonelada. “Costes del año 2020 y precios de finales de los 90”, explica el secretario general de Asaja Cuenca, Manuel Torrero, y corrobora el secretario general de esta organización en toda Castilla La Mancha, José María Fresneda.

A la espera de una subida de los precios, los silos también rebosan de grano en Cuenca, Guadalajara o Albacete. Y es que la cebada, elemento impresicindible, por ejemplo, para la elaboración de cerveza, también se está encontrando con otro problema: el descenso del consumo hasta en un 40% de cerveza en España, debido al descalabro hostelero por la pandemia de la Covid-19, hace que las grandes marcas cerveceras no estén comprando cereal y los precios caigan. Se habla incluso de crear un excedente en un país como España, que es deficitario en cereal e importa todos los años entre 7 y 10 millones de toneladas. “Soportamos costes más altos de los fertilizantes o gasoil y cada vez cobramos menos por nuestro producto y nuestro trabajo. Es una constante e insoportable pérdida de rentabilidad”, asegura Torrero. “Si esto sigue así volveremos a manifestarnos y a protestar en las carreteras, aunque sea con mascarilla”, sentencia Fresneda.

El mazazo de las ayudas europeas

A esta situación “complicada” para unos cultivos de secano “con escasísimo valor añadido y para los que las ayudas “son un salvavidas indispensable y sin alternativas”, se une, explican desde las organizaciones agrarias, “el mazazo” que ha llegado estos días desde Bruselas con un recorte del 10% de la ayudas de la Política Agraria Común (PAC). Un ajuste del 9,6% en las ayudas directas y del 11,2% en las de desarrollo rural.  En Castilla y León, por ejemplo, se dejarán de percibir 104,3 millones de euros al año (88,8 millones menos en ayudas directas y 15,5 menos para el programa de desarrollo rural); y el conjunto de la agricultura y ganadería españolas alrededor de 600 millones de euros anuales, solo en ayudas directas, lo que bajará la renta agraria de nuestro país en casi un 4%. 

Además, aunque la nueva PAC no entrará en vigor hasta 2023, todo parece indicar que el descenso se aplicará ya este 2020 en las ayudas directas, que se financiarán con cargo al nuevo presupuesto europeo, revisado a la baja. Asasja Castilla y León, como el conjunto de las organizaciones agrarias españolas, ha criticado este recorte de la financiación del marco agrario europeo, “justo en el momento que más precisa el campo de ese apoyo, con problemas de base que impiden su rentabilidad a los que se han añadido los provocados por la pandemia, que ha roto la demanda y ha hundido los precios”.

La baja rentabilidad del cereal de secano en nuestro país y la nueva PAC, hace que agricultores profesionales, como Luís, de Castilla-La Mancha, rechacen hasta la PAC.  "Yo quiero que mi trigo valga el triple de lo que valía hace 40 años, que es el precio que nos pagan actualmente. Todos los costes de producción han ido subiendo anualmente, pero nuestro producto no. Y eso que Europa es deficitaria en cereal y lo importa de otros países con los que no podemos competir, porque no pagan casi impuestos, tienen muy bajos salarios o utilizan mano de obra esclava y usan en los cultivos productos nocivos o prohibidos en Europa. Ello se traduce en unos precios internacionales muy bajos y por debajo de nuestros costes de producción. Por ello yo digo: No a la PAC y sí a unos precios dignos y justos”.

Desde Castilla y León advierten que los precios existentes hasta ahora en los mercados son, por ahora, “artificalmente bajos”, aunque estén repuntando algo. El precio en Francia, uno de los principales países exportadores del mundo y por vecindad el principal competidor para los cerealistas españoles, se está estabilizando para el trigo en 185 euros la tonelada, cifra que Asasja pide que “tomen como referencia los productores de Castilla y León”, frente a unos precios en el entorno de los 160 euros la tonelada a los que se cotiza en España.

Esta organización agraria, mayoritaria en el campo español,recuerda además que en Francia se están “haciendo correcciones a la baja respecto al volumen de la cosecha” y también “el año es muy largo y la ganadería española consume ingentes cantidades de cereal, muy por encima de nuestra producción, por lo que hay que pensar que no van a sobrar cereales y que los precios necesariamente han de repuntar”. Por todo ello recomiendan “a los productores que planifiquen correctamente sus ventas sin provocar un aluvión de ofertas en momentos que aprovechan los intermediarios para hacer acopio de grano barato y aumentar sus márgenes comerciales, porque desde que se iniciaron las tareas de recolección hay presión de intermediarios muy interesados en inflar las previsiones y asustar a los agricultores que andan más necesitados de liquidez, lo que ha provocado cotizaciones un 20% menores de lo habitual”. 

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