Para quien no la conozca, la empresa 'Uber' lleva cinco años poniendo en contacto a conductores y pasajeros de 70 ciudades de todo el mundo a través de una sencilla aplicación. Una de sus banderas es el concepto de consumo colaborativo, con ella y bajo el lema 'El chófer privado de todos' acaba de presentarse en España, concretamente en Madrid y Barcelona. En sólo un mes ha cosechado un considerable éxito entre los ciudadanos de la ciudad condal, pero un profundo rechazo entre los taxistas.
Con 'Uber' cualquiera puede solicitar un conductor particular a un precio muy competitivo y sin tener que descolgar el teléfono. La empresa inició sus actividades en San Francisco y cuenta entre su accionariado a importantes nombres como Google o Goldman Sachs. Además de rapidez y comodidad, la aplicación ofrece unas tarifas que han iniciado una guerra de precios allí donde se han instalado.
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Contratar cualquier viaje con 'Uber' tiene una tarífa base de 1 euro. Cuando el motor se pone en marcha, cada minuto cuesta 30 céntimos y cada kilómetro supone 75 céntimos, una oferta contra la que los taxistas no pueden competir, y que en buena parte es posible debido a que los conductores de la aplicación usan vehículos particulares y por tanto no tienen que cumplir ningún requisito. Sin embargo para que un taxista pueda poner en funcionamiento su vehículo debe adquirir un coche homologado y pagar un seguro obligatorio que ronda los 50.000 euros.
El Sindicato de Taxistas Catalanes (STAC) han sido los primeros miembros del gremio que se han pronunciado en contra de esta competencia en España. Aunque consideren a 'Uber' "no muy influyente" tienen miedo a que una multinacional extranjera pueda romper el mercado. "Si cualquiera puede hacer de taxista con esta aplicación, incumpliendo toda la legislación, se produciría una 'guerra', porque el sector está muy indigando " según Sánchez, quien asegura que se han llegado a encontrar a jubilados haciendo de taxistas a través de la aplicación 'Uber'.Fuera de la ley
Pero la principal queja que viene desde STAC es la legal. Aseguran que no están protestando por ellos mismos, sino por los ciudadanos. Consideran que este tipo de actividad deja al usuario sin ningún tipo de seguridad ni de garantías. "Los usuarios se la juegan porque viajan en un coche que es ilegal, no saben cuánto les van a cobrar y además ese vechículo no está cubierto por un seguro para accidentes" asegura Sánchez.
Actualmente la ley sólo permite transportar a personas a cambio de una remuneración económica a taxis y a vehículos de alquiler, por lo que la actividad que realiza 'Uber' queda fuera de la ley. Las autoridades catalanas han dado un plazo a 'Uber' que acaba esta semana. Si la empresa no presenta autorización alguna para poder circular transportando a ciudadanos la aplicación podría quedar cerrada antes de que acabe el mes de mayo.
De no ser así, SCAT adelanta que habrá movilizaciones por parte de los 80.000 taxistas que hay en España y los 10.000 que son catalanes.
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En otros países europeos en los que ya se ha instalado 'Uber', como en Francia o Italia, la aplicación ha acabado cerrada. En el caso de la ciudad de Bruselas se han impuesto multas de hasta 10.000 euros a los usuarios que han contratado sus servicios. Otras sanciones que se barajan pasan por la inmovilización del vehículo.
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