Madrid. El gobierno regional insiste en extremar en verano los hábitos de higiene en la cocina


La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid recordó este sábado la importancia de extremar los hábitos de higiene y de manipulado de alimentos en verano para prevenir infecciones alimentarias, ya que el calor favorece el crecimiento de bacterias si la comida no está bien conservada.
A este respecto, el Gobierno regional señala que el año pasado registró un total de 102 brotes de origen alimentario, que afectaron a 2.928 personas de todos los colectivos, especialmente en domicilios particulares (46) y en establecimientos de restauración (34 brotes).
La bacteria Salmonella fue en 2012 la causante de las infecciones en el 84,6% de los brotes registrados en la Comunidad de Madrid, donde los alimentos que aparecieron con mayor frecuencia en casos de infección fueron los elaborados con huevo, los pescados, mariscos y carnes. Los técnicos advierten, en este sentido, de que los principales factores que generan infecciones son el consumo de alimentos crudos o insuficientemente cocinados, así como una refrigeración inadecuada una vez cocinado.
Por este motivo, Sanidad aconseja, en primer lugar, tomar precauciones para una adquisición segura y responsable de los alimentos. Es necesario comprobar el etiquetado y mirar las fechas de consumo, condiciones de conservación y utilización. Además, hay que usar aguas tratadas (cloradas), evitando aguas de pozo o manantiales de los que no se tenga constancia de su potabilidad.
También recuerda la importancia de separar los alimentos crudos de los ya cocinados y listos para comer, y evitar el contacto entre ellos. Además, hay que usar diferentes superficies (como tablas de cortar, bandejas o platos) y distintos utensilios (como cucharones de cocina, cuchillos) para preparar la carne, el pollo, el pescado y otros alimentos crudos. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid insiste, asimismo, en la necesidad de cocer adecuadamente los alimentos, que deben alcanzar, como mínimo, una temperatura de 65 grados centígrados.
En el caso de las carnes, hay que cerciorarse de que el calor llega correctamente al interior de la pieza. Con respecto a la preparación del pescado marinado o crudo (como boquerones), los técnicos de Salud Pública señalan que hay que congelarlo previamente durante al menos dos días y en un frigorífico de por lo menos tres estrellas para evitar posibles infecciones por la presencia de anisakis (parásito presente en muchos pescados).
Para las hortalizas de consumo en crudo se recomienda sumergirlas en agua durante unos 5 minutos, añadir las gotas de lejía apta para uso alimentario que se indiquen en la etiqueta y aclarar después con abundante agua corriente.
Finalmente, los técnicos sanitarios recuerdan que hay que mantener una limpieza adecuada de todas las superficies de trabajo y útiles empleados para preparar los alimentos.
En particular, hay que lavar los utensilios utilizados para preparar los alimentos crudos antes de volver a usarlos, así como lavarse las manos a menudo y, especialmente, las personas que elaboran los alimentos (manipuladores).

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