Madrid. Tomás gómez promete devolver el “juego limpio” a la asamblea de madrid

El programa electoral que defenderá el candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, y que será aprobado mañana en el Comité Regional del PSM, incluye un apartado dedicado a la “calidad democrática” en el que aparacen propuestas para devolver el “juego limpio” a la Cámara autonómica.
En el citado programa electoral, al que tuvo acceso Servimedia, se explica que el objetivo de esta iniciativa, que aplicará Gómez si accede a la gobernabilidad tras los comicios de mayo, es “evitar el deterioro progresivo de la imagen” de la Asamblea de Madrid ante la ciudadanía.
Los redactores del documento consideran que, si la actividad parlamentaria tiene “mayor agilidad y capacidad de control” sobre el Ejecutivo, se conseguirá que el electorado considere el Parlamento regional como “el mejor instrumento para canalizar la participación en la vida política regional, acercando las instituciones democráticas a la ciudadanía”.
El PSM considera que el Reglamento de la Cámara regional, aprobado por unanimidad en 1997, se ha convertido, debido a la mayoría absoluta del PP presidido por Esperanza Aguirre, en un “instrumento para impedir el debate y para obstaculizar el acceso de la oposición a la documentación necesaria para desarrollar su trabajo con un mínimo de rigor y para evitar la degradación progresiva” del Legislativo autonómico.
Tras acusar a Aguirre de llevar al Parlamento regional a un “proceso de ‘berlusconización’ en el que el PP “cree obtener réditos electorales”, el PSM considera “imprescindible profundizar en medidas que devuelvan la transparencia y la ética a la vida política madrileña que el PP ha arrebatado a un ritmo galopante en los años de gobierno de Aguirre”.
Gómez defenderá, entre otras propuestas concretas, garantizar la transparencia pública mediante el establecimiento de un Código Ético del Diputado, estudiar que se pierda la condición de parlamentario por actos de “indignidad política o institucional”, la desaparición de las preguntas orales del grupo parlamentario que apoya al Gobierno e incorporar la figura de la “reprobación” para los consejeros del Gobierno.