Mary Barra, una brillante ejecutiva con el mundo del automóvil en el ADN

  • La llegada de Mary Barra a la dirección del fabricante General Motors ha llenado los medios de comunicación de tópicos, pero quienes la conocen bien saben que es una de las ejecutivas más brillantes de EE.UU. con un probado pedigrí en el mundo del automóvil.

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 15 ene.- La llegada de Mary Barra a la dirección del fabricante General Motors ha llenado los medios de comunicación de tópicos, pero quienes la conocen bien saben que es una de las ejecutivas más brillantes de EE.UU. con un probado pedigrí en el mundo del automóvil.

Una de las expresiones más utilizadas por los medios para describir la llegada de Mary Barra al puesto más alto de General Motors (GM) ha sido la de "breaking the glass ceiling", literalmente romper el techo de cristal, es decir, superar barreras.

En diciembre, cuando se supo que Barra sustituiría a Dan Akerson como consejera delegada del mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, el editorial del periódico USA Today dijo que Barra se propulsa "a través del techo de cristal".

Otros, como la cadena NBC News, señalaron que era General Motors quien había roto el techo de cristal del sector con el nombramiento de Barra. Y la revista The Economist aseguraba que la directiva estaba acostumbrada a romper "techos de cristal".

La ironía es que el Reinassance Center, el complejo de tres torres que constituyen la sede central de General Motors en Detroit y donde Barra tiene ahora su despacho, está hecho totalmente de cristal.

Barra ha roto la barrera de género en un sector que hasta ahora había sido el coto exclusivo de directivos varones. Pero, a diferencia de sus dos predecesores al frente de GM, Barra procede de un linaje estrechamente vinculado con el mundo del automóvil.

Dan Akerson, a quien hoy sustituyó, y Edward Whitacre, que dirigió GM de diciembre de 2009 a septiembre de 2010, procedían del mundo de las telecomunicaciones y nunca habían trabajado en un fabricante de automóviles hasta que llegaron a General Motors.

Barra, que el pasado 24 de diciembre cumplió 52 años, ha estado de una forma u otra ligada a GM desde el mismo día de su nacimiento en la localidad de Waterford, en el estado de Michigan.

Cuando nació en 1961, su padre, Ray Makela, trabajaba como operario en la planta de Pontiac de General Motors, a pocos kilómetros de la casa familiar.

Makela pasó 39 años de su vida trabajando para GM. Y cuando su hija Mary Teresa decidió estudiar ingeniería eléctrica lo hizo en el entonces Instituto General Motors, ahora renombrado Universidad Kettering. Al mismo tiempo que estudiaba, la joven empezó a trabajar para el fabricante como estudiante en prácticas.

Tras conseguir su titulación en 1985, siguió trabajando para GM pero Barra se dio cuenta que el título de ingeniera eléctrica no satisfacía sus aspiraciones profesionales y en 1988 ganó una de las becas de la empresa para asistir a la prestigiosa Escuela de Postgrado de Negocios Stanford, en California.

En el Instituto General Motors Mary Teresa conoció a quien posteriormente se convertiría en su esposo, Tony Barra, con quien tiene dos hijos.

La biografía oficial de General Motors sobre Barra ofrece pocos detalles sobre su ascenso en la compañía.

Trabajó en puestos de ingeniería y administración como gerente de la planta de montaje Detroit Hamtramck, gerente de planificación manufacturera para la División de Coches Medios de GM, directora general de comunicaciones internas de GM en Norteamérica y directora ejecutiva de Operaciones de Ingeniería Competitiva.

Fue Rick Wagoner, durante nueve años presidente y consejero delegado de General Motors pero al que la Casa Blanca forzó a abandonar sus cargos en marzo de 2009 ante el penoso estado de la compañía, quien la propulsó al nombrarla el 11 de enero de 2008 vicepresidenta de Ingeniería Global de Manufacturación.

A partir de ese momento, Barra pasó por prácticamente todos los puestos claves de GM durante los momentos más críticos de la historia de la compañía, desde la suspensión de pagos de mediados de 2009 hasta la profunda reestructuración de todas sus operaciones, incluida la eliminación de cuatro marcas y el despido de miles de empleados.

En 2009 fue nombrada vicepresidenta de Recursos Humanos de GM en todo el mundo. En febrero de 2011, vicepresidenta de Desarrollo Mundial de Productos. Finalmente, en agosto de 2013, Barra añadió a su responsabilidad el control de la descomunal cadena de suministro y compras de GM.

Para entonces, Barra ya estaba en el radar de los especialistas del sector. La prestigiosa Forbes la incluyó en 2012 en su lista de mujeres más poderosas del mundo y la colocó en el puesto número 41.

A pesar de ello, cuando el 10 de diciembre de 2013, Dan Akerson se rodeó de todo su cuerpo directivo en el Reinassance Centre de Detroit para anunciar a sus empleados y al mundo que Barra le sustituiría a partir del 15 de enero de 2014, la sorpresa fue mayúscula.

Akerson tuvo que explicar: "Mary no ha sido elegida por su sexo. Mary es uno de los ejecutivos de más talento que he conocido en mi vida. Ha sido elegida por su talento".

Y para los trabajadores de General Motors, Barra es "una de la casa".

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