Merkel recibe mañana a Putin en una cita empañada por disensos bilaterales

Gemma Casadevall

Berlín, 6 abr.- La canciller alemana, Angela Merkel, recibirá este domingo al presidente ruso, Vladímir Putin, en una cita teóricamente volcada a mostrar el poderío industrial de Rusia pero empañada por un alud de disensos bilaterales e internacionales.

Los dos líderes inaugurarán mañana la Feria Industrial de Hannover, la mayor del mundo y en la que Rusia desplegará 176 expositores, y recorrerán el lunes el recinto en la protocolaria ronda de apertura del evento.

Organizaciones cívicas, Amnistía Internacional y formaciones ecopacifistas han convocado ya para el domingo protestas para afear el proceder de Moscú en materia de derechos humanos, un "clásico" en toda visita de Putin, ahora agudizado por las recientes razias a organizaciones no gubernamentales (ONG) en Rusia.

El asunto va más allá de las protestas en la calle, ya que la propia Merkel está comprometida a abordar la situación con el mandatario ruso, en tanto que una de las fundaciones afectadas por los registros es la Konrad Adenauer Stiftung, afín a la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller.

Merkel ya abordó esa cuestión, por teléfono, con Putin, según explicaron fuentes gubernamentales unos días atrás, y se propone incidir de nuevo en ello en la visita a Hannover.

A las críticas que deba escuchar de su anfitriona se suman las del Gobierno regional de Baja Sajonia -del que es capital Hannover-, integrado por una coalición entre socialdemócratas y verdes, estos últimos convocantes de las protestas del domingo.

El propio Putin justificó los registros a las ONG -además de la Konrad Adenauer se vio afectada su equivalente socialdemócrata, la Friedrich Ebert Stiftung-, en una entrevista emitida ayer por la televisión pública alemana ARD, por la necesidad de mantener "el control" sobre sus actividades.

Al mismo tiempo, proclamaba su compromiso con la "apertura democrática", pero advirtiendo que cada país establece sus propios cánones en lo que a seguridad y orden público se refiere.

El presidente ruso no quiere que la cuestión empañe su visita a la feria de Hannover, donde Rusia acude este año como país invitado, lo que derivado en un despliegue sin precedentes de su empresariado por el mayor escaparate del mundo del sector.

Pero lo cierto es que las relaciones entre Merkel y Putin, más allá de disensos puntuales, distan mucho de aquella "amistad entre hombres" que mantuvo el presidente con su antecesor en la Cancillería, el socialdemócrata Gerhard Schröder.

En su etapa en el poder -de 1998 a 2005-, ambos líderes exhibieron armonía bilateral en lo público y lo privado -Schröder se convirtió en miembro del consejo de vigilancia de Gazprom tras su derrota electoral ante Merkel, por intervención de Putin-.

Hannover es la patria chica de Schröder, quien mañana cumple 69 años, y su domicilio familiar en esa ciudad de provincias fue escenario de unas cuantas visitas de Putin al entonces canciller.

De ese trato de favor mutuo de entonces se ha pasado a una frialdad que ni la canciller ni el presidente tratan de disimular, a lo que se suman las críticas abiertas que Merkel ha dirigido a Putin en reiteradas ocasiones, en lo relativo a los derechos humanos en su país.

Frente a esos disensos, están las fuertes relaciones comerciales entre Rusia y Alemania -principalmente, en lo que respecta al suministro de gas- así como la necesidad de mantener el diálogo en el ámbito internacional, por encima del abismo en torno al conflicto sirio y la cercanía de Moscú respecto a Bachar al-Assad.

Siria y la escalada de tensiones y amenazas de Corea del Norte centrarán la atención política multilateral de la visita de Putin, además de los importantes contratos comerciales que el presidente quiere conseguir para su empresariado.