Montenegro elige el gobierno para avanzar en la negociación con la UE

Duska Pejovic

Podgorica, 10 oct.- Montenegro celebra el próximo domingo elecciones parlamentarias anticipadas para elegir las autoridades por un mandato de cuatro años, durante el que espera avanzar en las negociaciones para la adhesión a la Unión Europea (UE).

A finales de junio pasado, la UE inició las negociaciones de ingreso de Montenegro, pero le exige aún mejorar la independencia de los jueces, y la lucha contra la corrupción y el crimen organizado.

Los comicios, en los que se eligen 81 diputados del Parlamento nacional, serán los terceros legislativos en Montenegro desde que este pequeño país, de unos 625.000 habitantes, se independizó en 2006 de un Estado común que formaba con Serbia.

Los electores podrán optar entre trece partidos y coaliciones.

El gobernante Partido Democrático de los Socialistas (DPS), encabezado por el indiscutible líder nacional en más de dos décadas, Milo Djukanovic, domina la estable la escena política montenegrina y se muestra convencido de una nueva victoria.

Carismático, el expresidente y exprimer ministro Djukanovic, considerado el "padre" de la independencia montenegrina, aunque no ejerce ahora ningún cargo estatal, es la figura central de campaña la coalición "Montenegro europeo", con su DPS al frente.

Con su lema "Adelante, Montenegro", esa coalición, integrada también por el Partido Socialdemócrata (SDP) y el pequeño Partido Liberal (LP), se presenta como la única fuerza capaz de acelerar la vía euroatlántica de Montenegro, y crear un ambiente para un dinámico desarrollo económico que saque al país de la crisis.

No obstante, la retórica de la coalición en el poder gira en torno a temas nacionales y acusaciones de sus rivales de actuar contra el Estado montenegrino en interés del nacionalismo serbio.

La rivalidad hacia el DPS y sus socios ha unido en el "Frente democrático" (DF) al Movimiento para los Cambios (PZP) y a la Nueva Democracia Serbia (NOVA), que han optado por el exdiplomático Miodrag Lekic como candidato.

"Todos en Montenegro saben que la corrupción es un problema. No hay imperio de la ley, hay individuos que pretenden estar por encima del derecho. Crear el Estado de derecho es nuestra prioridad", ha resaltado Lekic en la campaña electoral.

Otro gran rival del DPS es el Partido Socialista Popular (SNP), la mayor formación opositora, encabezada por Srdjan Milic, que promete "justicia, igualdad y solidaridad", y el recién formado Montenegro Positivo, que ofrece "nueva gente, ideas y energía".

La oposición acusa unánime a los partidos gobernantes de haber llevado al país al borde del abismo, y pide que después de 23 años dejen el poder por el bien de la democracia en Montenegro.

La economía del país, que usa el euro como su moneda, se ha ralentizado, y aunque en el primer semestre, según datos oficiales, creció un modesto 0,3 %, su exportación ha registrado una caída del 15,3 %.

La tasa de desempleo se ha disparado al 20 %, según la oficina de estadísticas MONSTAT, y de acuerdo con datos del Banco Mundial, el paro entre la población joven es de casi el 40 %.

La deuda pública del país ha aumentado un tercio desde 2009 y alcanza el 48,1 % del PIB. El sueldo medio es de 484 euros.

Los sindicatos advierten de los grandes problemas que enfrentan los ciudadanos y de la amenaza de inestabilidad social.

A pesar de todo, según los últimos sondeos de opinión efectuados por la ONG Centro para la Democracia y los Derechos Humanos (CEDEM), el DPS no pierde popularidad, y su coalición "Montenegro Europeo" cuenta con el apoyo de un 47,2 % de la población.

La alianza opositora DF tiene el 18,5 % de apoyos, el SNP el 14,9 % y Montenegro Positivo el 10,2 %.

Todos los partidos intentan atraer a la abstención, que en los comicios de 2009 fueron un 34 % del electorado, un porcentaje que podría aumentar este año ante el creciente descontento por la situación en el país.

La oposición y varias ONGs denuncian irregularidades en el censo electoral y la posibilidad de manipulaciones, al asegurar, entre otros, que los nombres de miles de fallecidos todavía figuran en las listas de votantes.