(María Torrens Tillack, enviada especial a Berlín)<< ANTERIOR 1 | 2
¿Confía en que sus nietos reciban una buena jubilación?
Depende de varias cosas. Tenemos que conservar un plan para el alto rendimiento: formación, cualificación, investigación, desarrollo, formación continuada… tienen que ser buenos. Necesitamos un trabajo seguro, y bien pagado. Esa es la condición para una buena pensión.
La calidad de vida de los mayores es importante.
Eso importa en todas las edades. Entrar en la jubilación no significa que ya no tenga ninguna responsabilidad. Ni siquiera es sano. Hay que ayudar a que las personas no abandonen demasiado pronto su profesión.
[También] hay que tener en cuenta que la sociedad está cambiando y que debemos emplear parte del tiempo extra que [ahora] tenemos para la familia y para que los jóvenes tengan una oportunidad de tener hijos.
De hecho fue usted quien impuso la progresiva subida de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, algo que los sindicatos califican de "idiota". ¿Sigue usted pensando que fue una decisión acertada?
Claro que sí. Sé que con 67 no todo el mundo puede [continuar con el mismo trabajo por el tipo de profesión que ejercen], tampoco con 65. Por eso tenemos 1,2 millones de personas que obtienen antes la pensión. Pero también hay muchos que sí pueden.
Antes llegábamos al mercado laboral a los 14 o 16 años, ahora lo hacemos a los 21 de media y muchos lo hacen a los 27. Ya no pagamos diez años de jubilación, sino 18. En 2030 pagaremos 22 años de jubilación y ya no seremos un 10% en esa edad, sino un 20%. Y en el año 2040, un 30%...
Da un poco de miedo.
Miedo, no. Solo se tiene que saber que es el deber de la política no cerrar los ojos. En Alemania hay un problema: si se pierde el empleo a los 50 ya no se vuelve a entrar [en el mercado laboral], pero no es la mayoría, son el 10 o el 15%.
¿Qué hacer por esta minoría?
Trabajar para que en algún momento entre los 20 y los 50 años las personas puedan adoptar un cambio profesional que esté financiado por el seguro de desempleo, que se pueda decir “estudio otra vez durante un año, salgo de una profesión que es demasiado pesada y que no puedo desempeñar hasta los 65”.
Lo que no vale es que uno trabaje hasta los 45 y diga “no puedo más” y que los siguientes 50 años será un pensionista. Eso no funciona. Pero eso pasa igual a los 65 que a los 67.
Usted mismo tiene 73 y continúa activo políticamente.
Es una pregunta cultural la que se esconde detrás, si la gente comprende que no es tan grave hacer otro trabajo... a mí personalmente también me pasó. En 2009, el SPD perdió estrepitosamente y por un momento me planteé dejarlo. Pero decidí que no.
Me aparté a la tercera fila. Esta idea de que hasta el final de la vida laboral hay que jugar en la primera liga, tiene que desaparecer. Los mayores con 65 ya no caminan tan rápido como los de 25, pero conocen los atajos. Y eso es muy bonito.
¿Qué habría hecho usted imperiosamente de otra forma en estos últimos años si hubiera seguido al frente del Ministerio de Trabajo?
Habría ayudado a que esta declaración de la señora Merkel de “ya veremos si seguimos unidos” [en Europa] hubiera llegado de otra forma. Esto ha sido bastante devastador para la psicología europea, creo que ahí nació también parte del enfado en los países del sur de Europa, donde de repente Alemania se encuentra en un papel muy desagradable –‘estos se quieren preocupar por sí mismos, no quieren ayudarnos’-. Esto fue un gran error, con toda seguridad.<< ANTERIOR 1 | 2
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