Noches en vilo, "mosqueo" vecinal y preocupación en turismo por los seísmos

  • Noches en vilo, "mosqueo" entre los vecinos y preocupación en el sector turístico es lo que de momento han causado los seísmos que se han registrado en los últimos días en las poblaciones costeras del norte de Castellón y del sur de Tarragona.

María Pitarch y Sofia Cabanes

Vinaròs (Castellón)/ Sant Carles de la Ràpita (Tarragona), 3 oct.- Noches en vilo, "mosqueo" entre los vecinos y preocupación en el sector turístico es lo que de momento han causado los seísmos que se han registrado en los últimos días en las poblaciones costeras del norte de Castellón y del sur de Tarragona.

Hasta en 24 ocasiones ha temblado la tierra en las últimas horas por seísmos con epicentro en el Golfo de Valencia y que los expertos relacionan con la actividad del proyecto Castor, que trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema durante 50 días.

Dos seísmos de 4,1 y 3,9 grados en la escala de Richter, al filo de la medianoche, han sido percibidos en las poblaciones costeras tarraconenses de Alcanar y Sant Carles de la Ràpita así como en el norte de Castellón, donde sus habitantes no hablan de otra cosa.

Mairo Calvo, trabajadora del restaurante Los Arcos, en Vinaròs, ha indicado a Efe que esta situación copa prácticamente todas las conversaciones. "Anoche notamos dos temblores, de 3,9 y 4,1 grados y fueron bastante seguiditos".

"Estamos entre mosqueados y preocupados", dice esta empleada y añade que "se está engañando a la gente, porque sabían que esto iba a pasar; primero fueron manchas negras en el mar y ahora los terremotos".

"Esta mañana me ha llamado mi jefe para preguntarme si había algún desperfecto en el bar; a un conocido le han aparecido grietas en su vivienda y ha tenido que llamar al seguro", asegura Mairo Calvo.

La preocupación vecinal llega también hasta Benicarló. En el instituto de Educación Secundaria Joan Coromines de la localidad no se habla de otra cosa.

Feli Sánchez, una de las conserjes del centro educativo, afirma que ella no ha notado nada, "pero ahora mismo estaba leyendo los consejos sobre cómo actuar en caso de terremoto, por si acaso; la gente está preocupada".

Por su parte, Sonia Balanzà, vecina de La Ràpita, explica que hasta ahora no había notado nada, porque vive "en una planta baja y tenía la sensación de que era de las pocas personas del pueblo que no notaba nada".

"Pero cuando anoche noté el segundo terremoto y vi cómo se movían todos los muebles, entonces cogí mucho miedo. Casi no he podido dormir en toda la noche", añade la mujer.

"Yo he notado 5 terremotos. No sabemos qué pasa. Cuando notas un temblor y tienes a tus hijos durmiendo en la habitación de al lado, es evidente que sientes miedo. Es para preocuparse", relata Isabel, una vecina de Alcanar.

Los temblores no sólo se han notado en las poblaciones costeras, y así, en Tortosa, muchos vecinos también los han percibido claramente.

"Crujió toda la casa. Se oía un 'crec, crec' y seguidamente noté cómo temblaba el suelo y la lámpara se movía de un lado al otro. Tuve miedo", relata Sinta Salvadó, vecina de la capital del Baix Ebre.

Los temblores podrían estar causando ya los primeros daños materiales, y de hecho en Sant Carles de la Ràpita se rompió de madrugada una tubería del suministro general de agua minutos después de uno de los temblores.

"Ha reventado una tubería y tenemos una parte del pueblo sin agua", ha explicado el alcalde de la población, Joan Martín Masdeu, que ha querido ser "muy prudente" a la hora de relacionar ambos sucesos, y aunque afirma que no se puede ser "alarmista", señala que la coincidencia temporal entre ambos hechos es clara.

Unos temblores que están empezando a despertar recelos también entre los empresarios turísticos.

El director del Gran Hotel Peñíscola, Francisco Ribera, ha explicado a Efe que están viviendo la situación con una "preocupación absoluta" y ratifica que los terremotos son "la comidilla de nuestros clientes".

Reconoce que hay grupos de turistas "que se están replanteando las reservas que tenían atadas ya para las próximas semanas; en concreto se trata de clientes de Godella y Zaragoza".

Cancelaciones que no se han producido de momento, "aunque no descartamos que las haya", ha afirmado Ribera. EFE

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