Nuevo incidente pone en la mesa la disputa de las aguas que rodean Gibraltar

  • El conflicto pesquero entre Gibraltar y España ha arreciado tras el enfrentamiento, anoche, entre patrulleras gibraltareñas que acosaron a pescadores españoles y las de la Guardia Civil que les protegían, y ha puesto de nuevo en evidencia el espinoso litigio sobre las aguas que rodean al peñón.

Isabel Laguna

Algeciras (Cádiz), 23 may.- El conflicto pesquero entre Gibraltar y España ha arreciado tras el enfrentamiento, anoche, entre patrulleras gibraltareñas que acosaron a pescadores españoles y las de la Guardia Civil que les protegían, y ha puesto de nuevo en evidencia el espinoso litigio sobre las aguas que rodean al peñón.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho hoy que España "no va a aceptar una política de hechos consumados" que suponga una "violación de la soberanía española", mientras que el Gobierno de Gibraltar ha condenado el incidente que considera "obviamente" un "desafío cuidadosamente premeditado" a su "indiscutible soberanía".

El incidente, que duró unas tres horas, se produjo anoche cuando tres pesqueros de Algeciras se acercaron al punto del conflicto para echar, como hacen históricamente, sus redes.

Unas artes que son legales en España y en la Unión Europea, pero que en Gibraltar serían "ilegales" ya que están prohibidas por una ley de Medio Ambiente del 1991 que no se ha aplicado desde que en 1999 se alcanzara un acuerdo al respecto entre ambas partes.

Patrulleras de la Policía de Gibraltar y de la Armada británica acudieron en cuanto los pescadores encendieron la luz de sus embarcaciones para empezar a faenar, y comenzaron a dar vueltas a mucha velocidad alrededor del bote auxiliar de uno de los pesqueros, haciendo que se moviera de forma descontrolada y que algunos de los pescadores llegaran a sentir tanto miedo que incluso se pusieron el chaleco salvavidas y pensaron en tirarse al mar.

"Vinieron a embestirnos", ha contado Andrés Jarauza, armador del pesquero "La Joaquina".

Ellos ya habían advertido previamente a la Guardia Civil de que iban a salir y, por ello, acudieron a protegerles enseguida con varias embarcaciones y un helicóptero.

En la refriega, una patrullera de Gibraltar llegó a colisionar levemente con una embarcación de la Guardia Civil.

El incidente se acabó cuando "en el último momento", y cuando los pescadores se habían atrevido a echar las redes, las patrullas gibraltareñas decidieron retirarse, al igual que los pescadores y la Guardia Civil.

Tras este nuevo encontronazo, el más grave desde que se desató el pasado marzo el conflicto pesquero, el Gobierno gibraltareño ha subido el tono y en un comunicado ha subrayado que lo que se produjo fue una "provocación orquestada".

"Fue obviamente un desafío cuidadosamente premeditado a nuestra indiscutible soberanía, jurisdicción y control" de las aguas y el espacio aéreo "territoriales británico-gibraltareñas", ha dicho.

Dejaba así nuevamente por sentado que Gibraltar considera bajo su dominio unas aguas que España asegura que son de su dominio porque no se cedieron en virtud del Tratado de Utrecht (1713).

En su comunicado, el Gobierno de Gibraltar señala también que aquellos que están "orquestando estos enfrentamientos peligrosos" deben asumir "de una vez por todas, el reto de llevar sus reivindicaciones sobre nuestro territorio a los tribunales internacionales pertinentes, establecidos para ese propósito en el siglo XXI y no poner en peligro la seguridad de la gente intentando avanzar en sus posiciones en el mar, como si fuera el siglo XVIII".

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha advertido de que España "no va a aceptar una política de hechos consumados" que suponga una "violación de la soberanía española" en la negociación para resolver el asunto de la pesca.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha restado importancia al incidente que, según un portavoz, "se ha saldado sin mayores consecuencias".

El departamento que dirige José Manuel García-Margallo insiste, según este portavoz, en que "el espíritu de diálogo, de entendimiento y de buena voluntad debe prevalecer" en las relaciones entre España y el Reino Unido en torno al contencioso en Gibraltar.

García-Margallo, que viajará a Londres el próximo día 29 para abordar este caso con su colega británico, William Hague, y tratar de rebajar la tensión diplomática generada, ha defendido los derechos de los pescadores de la Bahía de Algeciras y se ha preguntado qué ocurriría si "barcos armados españoles intentasen impedir que barcos británicos pescasen en aguas británicas".

Sobre este punto, la Unión de Oficiales de la Guardia Civil ha pedido la intervención de la Armada Española para defender los intereses españoles en Gibraltar, proteger a los pescadores que faenan en aguas próximas a la colonia y así poder hacer frente a las patrulleras de la Royal Navy, mejor equipadas que las lanchas del instituto armado.

Por su parte, el Gobierno del Reino Unido ha comunicado que está "al tanto" del incidente y que lo está "investigando".

Mientras, las diferentes formas de abordar el conflicto parecen separar a los pescadores afectados, ya que los de La Línea, con 53 embarcaciones, han alcanzado un acuerdo con el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, para no desafiar le legislación gibraltareña y aparcar sus redes, en tanto una comisión de técnicos independientes de ambos lados estudia el asunto.

Un trato al que compañeros de Algeciras, que tienen media docena de embarcaciones afectadas, no parecen dispuestos a sumarse. "La semana que viene o la otra tendremos que volver porque ese caladero dejar, no lo vamos a dejar, que se encarguen los políticos de arreglar las cosas", ha sostenido el armador de "La Joaquina".EFE

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