Nuevo presidente de la patronal italiana critica la reforma laboral de Monti

  • El nuevo presidente de la patronal italiana Confindustria, Giorgio Squinzi, criticó hoy el proyecto de ley de reforma laboral aprobado por el Gobierno tecnócrata de Mario Monti, que considera poco convincente.

Roma, 24 may.- El nuevo presidente de la patronal italiana Confindustria, Giorgio Squinzi, criticó hoy el proyecto de ley de reforma laboral aprobado por el Gobierno tecnócrata de Mario Monti, que considera poco convincente.

Squinzi se pronunció al respecto en la asamblea de Confindustria celebrada hoy en Roma, en la que fue su primera intervención pública tras ser elegido ayer nuevo titular de la patronal en sustitución de Emma Marcegaglia, quien ya se había mostrado muy crítica con esa reforma.

"Si la reforma del sistema de pensiones ha sido severa pero necesaria, la reforma laboral se perfila menos útil para la competitividad del país y de las empresas de cuanto habríamos querido", consideró Squinzi.

Agregó que la reforma, para el mercado del trabajo, modifica el sistema, pero en su opinión "no siempre de manera convincente".

El recién designado presidente de Confindustria indicó cuatro ámbitos sobre los que el Gobierno debe intervenir con urgencia: la reforma de la administración pública, los pagos de esta, los recortes al gasto público, con el fin de reducir la presión fiscal y relanzar el consumo, y el crédito a las empresas.

Squinzi lamentó los bajos niveles de crecimiento que registra la economía italiana, "entre los más bajos del mundo", al tiempo que declaró que la crisis originada en Estados Unidos en 2007 "ha producido daños más graves en Italia que en la mayoría de otros países".

"La lentitud de la burocracia, los largos e inciertos tiempos de la Justicia, el insoportable peso fiscal y la falta de infraestructuras adecuadas son males antiguos de este país", subrayó Squinzi, quien agregó que se trata de factores que han "pesado y obstaculizado" la adaptación del sistema productivo "al desafío de la globalización, de la moneda única y la revolución tecnológica".

Recalcó que sobre las empresas italianas pesa un "lastre intolerable", no solo por la presión fiscal a la que están sujetas sino también por una burocracia que cuesta cerca de 45.000 millones de euros más que "a los mejores ejemplos en el resto de Europa" y por un coste de la energía eléctrica un 30 por ciento superior de media que en otros países europeos.

Precisamente, sobre la presión fiscal, explicó que los empresarios piden que los ingresos de la lucha a la evasión fiscal se destinen a que aquella "se reduzca sobre aquellos que producen riqueza".

Expresó su oposición a "tasas fantasiosas que crearían solo incertidumbre y desconfianza" e hizo hincapié en que desde la patronal se defiende la necesidad de "privatizar, además de liberalizar, y revalorizar el patrimonio público con el objetivo de reducir la deuda".

El nuevo líder de los empresarios italianos indicó también que es "inaceptable" que existan casos de quiebras de empresas que han suministrado bienes y servicios al Estado porque este no ha pagado.

"El Estado debe hacer frente a las propias obligaciones con sus proveedores", comentó Squinzi, quien se refirió al plan presentado por el Ejecutivo el pasado martes para el pago de las deudas que la administración pública estatal tiene contraídas con privados y con el que se pretende dar salida a unos 20.000 o 30.000 millones de euros de endeudamiento en 2012.

Squinzi consideró que este programa dará "oxígeno en términos de liquidez a las empresas" y comentó que los empresarios esperan que "el Estado acelere de verdad los pagos".

Mostrar comentarios