Oleada de inversiones petrolíferas en Colombia

  • El incremento en la seguridad y la apertura de mercado que ha favorecido Álvaro Uribe permitiendo la llegada de capital extranjero sin tapujos, están haciendo de Colombia un país cada vez más atractivo para los inversores extranjeros en el sector petrolífero.
Oleoducto Caño Limón-Coveñas, Colombia
Oleoducto Caño Limón-Coveñas, Colombia
Carlos Villalon / Getty Images
John Otis | GlobalPost

(Bogotá, Colombia).Hace una década los rebeldes bombardearon un oleoducto colombiano tantas veces que le pusieron el nombre de "la flauta". En aquella época, los ataques de la guerrilla, las amenazas de extorsión y los secuestros hicieron que las compañías petrolíferas permanecieran alejadas de muchas zonas del país. En cuanto la producción se estancó, en Colombia aumentó el temor de que el país, tradicional exportador, se vería forzado a importar crudo.

Sin embargo, el aumento de la seguridad, unos precios más altos y unas condiciones legales más atractivas para los inversores han llevado a un aumento de las explotaciones y de la producción petrolífera. El Departamento Nacional de Estadística colombiano calcula que la producción diaria de petróleo se duplicará en los próximos años, pasando de los 764.000 barriles actuales a 1,5 millones de barriles en 2018.

"Colombia ha cambiado mucho", explica Ronald Pantín, presidente de Pacific Rubiales Energy, que opera Campo Rubiales, en el sur de Colombia, y es el principal productor privado del país.Los rebeldes bombardearon el campo petrolífero hace 11 años, pero desde que Pacific Rubiales Energy asumió su gestión en 2007 "no hemos tenido ningún ataque de la guerrilla o amenaza de extorsión", afirma Pantín. "Nos sentimos muy seguros aquí".

Colombia es el cuarto productor de petróleo de Latinoamérica, detrás de Brasil (2,5 millones de barriles por día), Venezuela (2,4 millones bpd) y Argentina (796.000 bpd), según datos de la Agencia de Información de la Energía de EEUU. Las ventas de crudo representan en torno al 40 por ciento de los ingresos por exportación de Colombia.

El cambio en Colombia comenzó en 2002, con la elección del presidente Álvaro Uribe. En esa época, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) patrullaban en una inmensa parte de la Colombia rural, donde secuestraban a trabajadores de las petrolíferas y obligaban a las compañías a pagar extorsiones si querían seguir operando.

Tras la construcción en 1986 del oleoducto de Caño Limón-Coveñas (en la imagen), que transportaba petróleo de la compañía Occidental a la costa caribeña de Colombia, los rebeldes comenzaron a reventar la obra para conseguir dinero con chantajes.

En el libro "Dossier", una biografía del fallecido presidente de Occidental Armand Hammer, Edward Jay Epstein revela que Hammer terminó por contratar a un antiguo agente de la CIA y a mercenarios locales para negociar una serie de pagos a la guerrilla.

En 1998, un informe del Gobierno colombiano calculaba que las compañías petrolíferas habían pagado más de 40 millones de dólares anualmente a los rebeldes.

Tras su llegada al poder, Uribe impulsó al Ejército de Colombia y lanzó ofensivas militares, en parte con ayuda de EEUU, que obligaron a la guerrilla a retirarse de muchas zonas productoras de petróleo.

Con el aumento del precio del petróleo, muchos países productores del oro negro cambiaron las leyes de inversión y los royalties a pagar, estrujando a las empresas privadas y asegurando para los Gobiernos una mayor parte de los beneficios del crudo. En algunos casos esas políticas acabaron espantando a los inversores extranjeros.

Uribe sin embargo adoptó la postura contraria: permitió a las compañías extranjeras tener el 100 por cien de las acciones de empresas petrolíferas; los royalties del Gobierno se mantuvieron reducidos; las licencias de explotación tienen una duración amplia y la estatal Ecopetrol se privatizó parcialmente y tiene que competir con las empresas foráneas.

"Unos avances significativos en el terreno de la seguridad establecieron la base de la oleada actual de inversiones", afirma Roseanne Franco, analista latinoamericana de PFC Energy, una empresa de Washington que asesora a firmas energéticas y Gobiernos. "Pero los términos fiscales competitivos y un ambiente de regulaciones justas y definidas fueron lo que invitaron a entrar a las compañías, lo que está produciendo finalmente resultados para los colombianos".

También le está produciendo dividendos a Pacific Rubiales, una empresa formada por antiguos ejecutivos de la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA). Pantín, que fue despedido por el presidente venezolano Hugo Chávez coincidiendo con una amplia remodelación de la compañía, se sumó a otros cuantos ex empleados de PDVSA que terminaron en Colombia.

Descubierto por Exxon en la década de 1980 en el estado oriental de Meta, Campo Rubiales estaba siendo infraexplotado debido a la falta de carreteras y al peligro de los ataques rebeldes. Pero sus condiciones geológicas son similares a las del Orinoco, el importante anillo petrolífero en el este de Venezuela, que es considerado como una de las zonas con más reservas de crudo del hemisferio.De las 48 perforaciones exploratorias de Pacific Rubiales, 42 resultaron exitosas.

Como consecuencia, en solo tres años la compañía ha aumentado su producción de 15.000 bpd a 140.000 bpd, y sobrepasado a BP y a Occidental como principal productor privado de petróleo en Colombia. A finales del año que viene la compañía calcula que producirá 300.000 bpd. En colaboración con Ecopetrol, ha construido además un oleoducto de 235 kilómetros para no tener que transportar ya el crudo por carretera.

No obstante, los problemas de seguridad continúan en las zonas más remotas. En marzo cinco subcontratistas de Occidental fueron secuestrados por rebeldes cerca de la frontera con Venezuela y rescatados cuatro días más tarde. Ese mismo mes la guerrilla también destruyó un helicóptero con ingenieros que hacían estudios sísmicos en la selva.

Aún así, el Gobierno de Bogotá dedica ahora más tiempo a atender asuntos vinculados a los negocios. La producción está aumentando tan rápidamente que Armando Zamora, al frente de la Agencia de Hidrocarburos estatal, ha señalado que Colombia podría carecer pronto de capacidad de extracción.

Las autoridades están también preocupadas por un fenómeno conocido como "la enfermedad holandesa". El término se refiere a cómo la entrada de petrodólares puede fortalecer las monedas locales hasta el punto de hacer que sufran todo el resto de industrias exportadoras del país, ya que no pueden ser competitivas.

El presidente electo Juan Manuel Santos, que asumirá el cargo el 7 de agosto, ha hablado de establecer un fondo de estabilización o "para los tiempos difíciles" en el extranjero con el fin de alejar la posibilidad de la enfermedad holandesa. De este modo se absorberían petrodólares que se gastarían a largo plazo.

Mostrar comentarios