Acuerdo EAJ-PNV-Gobierno

País Vasco y Navarra gestionarán de forma directa los tributos a banca y energéticas

A partir de ahora, estos impuestos, que se prorrogan pese a que finalizarían el 1 de enero de 2024, se convertirán en tributos y se concertarán y convendrán con las haciendas forales, según el pacto alcanzado.

País Vasco y Navarra gestionarán de forma directa los tributos a banca y energéticas
País Vasco y Navarra gestionarán de forma directa los tributos a banca y energéticas
Europa Press

El Gobierno Central y el EAJ-PNV han alcanzado varios pactos en relación con el Decreto anticrisis aprobado por el Consejo de Ministros de hoy. Asimismo, también han acordado prorrogar los impuestos especiales al sector bancario y energético, que en un principio deberían suprimirse con la llegada del nuevo año. 

En relación con los gravámenes a banca y energéticas, estas dos tasas extra se integrarán en el sistema tributario del País Vasco y de la Comunidad Foral de Navarra, una demanda que han defendido desde que se aprobaron los tributos la formación vasca. Al respecto, EAJ-PNV, en un comunicado, ha recordado que siempre ha defendido que "las empresas que están obteniendo beneficios extraordinarios arrimen el hombro y se repartan los esfuerzos derivados de la crisis". 

No obstante, tal y como estaba diseñado estas prestaciones patrimoniales los territorios forales no podían concertar, es decir, ni recaudar ni gestionar, y en las que la Comisión Mixta del Concierto y la Comisión Negociadora del Convenio tenían que negociar una determinada compensación económica sujeta a la voluntad de las partes. Ahora, "se convertirán en tributos y se concertarán y convendrán con las haciendas forales", ha señalado.

El impuesto a la banca, que ha sido duramente criticado por el sector bancario, gravaba con un 4,8% los ingresos por el cobro de comisiones y el margen de intereses de las entidades que hubieran obtenido ingresos superiores a los 800 millones de euros en 2019. El objetivo del Ejecutivo era recaudar 1.300 millones de euros anuales y venía motivado por los beneficios extraordinarios que obtendría el sector por la subida de los tipos de interés. Este nuevo impuesto provocó el rechazo de la banca, que lo ha recurrido y ha advertido de sus efectos perniciosos, como es una reducción en la concesión del crédido.

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