"Necesitamos impulsar la reforma del Consejo de Seguridad. Panamá ha estado trabajando activamente en esa reforma impulsada por Francia y México para no permitir el veto en casos humanitarios", dijo De Saint Malo.
"Esa reforma busca más participación y más democracia en el Consejo de Seguridad", añadió.
Francia y México promovieron en la última cumbre de la ONU en Nueva York una declaración no vinculante para que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad se abstengan de usar el veto en los debates sobre atrocidades en masa.
El documento, adoptado por 73 de los 193 países miembros de la ONU, plantea que Estados Unidos, Francia, China, Rusia y Reino Unido, de manera voluntaria, decidan no ejercer su prerrogativa de veto en casos de crímenes contra la humanidad.
El Consejo de Seguridad se ve a menudo en situación de parálisis cuando alguno de sus integrantes con derecho de veto decide bloquear una resolución, aún si los restantes 14 miembros (incluyendo los diez no permanentes) la apoyan.
"La inicitiva está en el tapete y está avanzando" por lo que "seguiremos sosteniendo conversaciones" para apoyarla en los diferentes organismos internacionales, manifestó la funcionaria panameña.
Las declaraciones de De Saint Malo se producen antes de la reunión con su homólogo francés Laurent Fabius prevista para el 30 de octubre en París.
Antes visitará Israel, invitada por Naciones Unidas, entre los días 24 y 27, donde tiene prevista una reunión con el primer ministro Benjamín Netanyahu para mostrar la "preocupación" panameña por la situación en los territorios palestinos.
La reforma en la ONU no será el único tema de la visita a Francia, que la canciller panameña ve "con mucha expectativa".
"Nos interesa promover el tema de seguridad y buscamos poder firmar con Francia un acuerdo de intercambio de información" porque "Panamá se ha activado en la lucha contra el terrorismo", dijo De Saint Malo.
Panamá participa junto a otros países en una estrategia global para ahogar económicamente a organizaciones criminales e impedir que usen este país, un importante centro bancario, para el lavado de activos.
"Tenemos vuelos directos a más de 81 ciudades, un canal, por aquí pasan pasajeros y carga de todas partes del mundo y en grandes cantidades todos los días. Es importante tener intercambio de información sobre bases de datos con personas que tienen antecedentes criminales", añadió De Saint Malo.
Con un canal interoceánico por el que pasa 5% del comercio marítimo mundial, además de zonas francas, puertos, turismo y un sistema logístico y bancario robusto, Panamá ha alcanzado un crecimiento económico superior al 6% los últimos años, uno de los mayores de la región.
Sin embargo, es considerado por algunos gobiernos como un paraíso fiscal, pese a tener firmados más de 30 acuerdos bilaterales de intercambio de información para evitar la doble tributación.
Por ese motivo el gobierno panameño buscará también el apoyo de Francia para convencer a algunos países europeos de que Panamá "es un país muy serio y no es un paraíso fiscal", según De Saint Malo.
"Una cosa es tener un sistema económico que promueve la inversión extranjera y el uso de nuestro centro financiero, que tiene marcos legales, y algo muy distinto es ser un país que funciona como un paraíso fiscal", señaló.
La canciller y vicepresidenta panameña mostrará a Fabius y empresarios franceses las últimas reformas hechas por su gobierno para combatir el blanqueo de capitales con la eliminación de las acciones al portador y la creación de un ente público para prevenir el lavado en 16 actividades económicas como casinos, bienes raíces, joyerías o zonas francas.
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