Presidente del CERMI: Somos el único sector con crecimiento en el empleo

  • El presidente del CERMI, que agrupa a las principales organizaciones de personas con discapacidad, Luis Cayo Pérez, destaca que ha sido el único sector en el que han crecido las contrataciones laborales en 2011 y reclama al Gobierno un pacto por el empleo, para elevar la tasa de actividad de este colectivo.

Madrid, 18 mar.- El presidente del CERMI, que agrupa a las principales organizaciones de personas con discapacidad, Luis Cayo Pérez, destaca que ha sido el único sector en el que han crecido las contrataciones laborales en 2011 y reclama al Gobierno un pacto por el empleo, para elevar la tasa de actividad de este colectivo.

En un entrevista con Efe, el responsable del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad explica que de las 900.000 personas que hay en edad de trabajar, sólo lo hacen 300.000, que están inactivas y la mitad de ellas cobrando algún tipo de prestación.

La escuela es todavía excluyente, lamenta, porque sólo en el ciclo de educación obligatoria, hasta los 16 años, se deben facilitar apoyos a estos alumnos, pero cuando pasan esa etapa, pocos llegan a la universidad o a realizar algún ciclo de formación profesional.

Pregunta. En 2011, se registró un récord en las contrataciones de personas con discapacidad: 62.084, la mejor cifra de los últimos cuatros años.

Respuesta. Estamos admirados de que en estos momentos de crisis aguda y de destrucción de empleo, el único sector que está evolucionado bien, incluso con cifras positivas de contratación, es el de la discapacidad. Las empresas se han quitado el miedo de encima de contratar a personas con discapacidad y se han tomado decisiones políticas acertadas, sin olvidar el trabajo de las asociaciones de la discapacidad.

Mucho del empleo de las personas con discapacidad depende del mundo asociativo y en este ámbito es imprescindible mantener el empleo, y nunca va a dar un paso de destrucción de empleo. Se buscan a las empresas y éstas responden cuando ven que los trabajadores dan resultados.

P. ¿Cuántas personas con discapacidad están trabajando?

R. Hay 300.000 personas con discapacidad trabajando, de esas 60.000 lo hacen en centros especiales de empleo y el resto en empresas normales o como autónomos.

Hemos notado que hay gente que ha engrosado el desempleo, por despidos o procesos de regulación, pero son pocas: creo que en las empresas ordinarias a la hora de despedir, no son las personas con discapacidad las primeras, porque están convencidas de su aportación y su talento. También hay que valorar las ayudas públicas, las bonificaciones sociales, incentivos y subvenciones; pero, efectivamente, no son las más perjudicadas por destrucción de empleo.

P. Hay menos mujeres con discapacidad trabajando y tienen menos estudios.

R. El factor género es excluyente. Tienen menos acceso a los estudios y eso les lleva a tener menor perfil de empleabilidad a causa de una menor formación.

Las mujeres con discapacidad están peor en empleo, en formación, en prestaciones sociales, en elementos de dependencia o incluso cuando viven en un entorno familiar, las erigen en cuidadoras de otros miembros de las familia, como padres o hermanos.

P. Tras reunirse con el Gobierno hace unos días, reclamó un nuevo modelo legal de inclusión laboral y un pacto por el empleo, con vigencia hasta 2015.

R. Es hora de dar el paso para trabajar en favor de las personas de más difícil inserción: las que tienen grandes discapacidades, como la intelectual, y las mujeres, que viven multiplicada las discriminaciones y son el 58 por ciento.

Al Gobierno le hemos pedido ese nuevo modelo legal, hay receptividad, habrá que hacerlo a lo largo de la legislatura y con paciencia. Les hemos ofrecido un pacto por el empleo para que en estos cuatro años, 75.000 personas pasen de la inactividad a la actividad; que la tasa de actividad pase del 36 por ciento, al 41 por ciento. Se podría demostrar que en 10 o 15 años podríamos llegar a una tasa de actividad parecida a la media.

P. ¿Por qué cuesta tanto elevar el nivel de formación de las personas con discapacidad?

R. La escuela es excluyente, no es inclusiva, aparta a la discapacidad y no les da apoyo. Cuando se pasa de la etapa educativa obligatoria, la única en la que se debe prestar por ley ese apoyo, es un poco "sálvese el que pueda" y muchos no pueden, porque el entorno no acompaña, y se queda sin terminar su formación.

Hay datos que nos dicen que cuando las personas con discapacidad tienen un título superior, su tasa de actividad aumenta un 55 por ciento, del 36 al 55; más formación, más posibilidades de empleo. No todos tienen que llegar a la universidad, está la formación profesional. Sólo el 3 por ciento tiene un título universitario.

P. ¿Cómo se puede avanzar en este ámbito?

R. Hay que superar la educación segregada. En estos momentos, hay un 80 por ciento de los alumnos con discapacidad que están en la educación ordinaria, con los otros niños, y un 20 por ciento están en escuelas específicas. Desde la Convención de la ONU sobre Discapacidad, que España asumió en 2008, ya no son admisibles las escuelas especificas, todos deben ir a la misma escuela.

Hay que cambiar la ley y hacer que ese 20 por ciento, que son 100.000 niños, migren a la escuela ordinaria, pero poniendo los recursos de apoyo, sino sería un brindis al sol.

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