Puerto Rico trata con Wall Street la posible degradación de su deuda

  • Responsables de la política financiera de Puerto Rico volvieron hoy a Wall Street para hablar de las estrategias de la isla para hacer frente a la presión de los mercados y a la posibilidad, cada vez más palpable, de que se rebaje su calificación hasta el nivel de los bonos "basura" o "chatarra".

San Juan, 27 ene.- Responsables de la política financiera de Puerto Rico volvieron hoy a Wall Street para hablar de las estrategias de la isla para hacer frente a la presión de los mercados y a la posibilidad, cada vez más palpable, de que se rebaje su calificación hasta el nivel de los bonos "basura" o "chatarra".

Así lo confirmó en un escueto comunicado el Banco Gubernamental de Desarrollo de Puerto Rico, que explicó que "el objetivo de estas reuniones -solicitadas por el Gobierno local- es compartir y actualizar nuestros avances en los frentes fiscal y económico".

Puerto Rico quiere transmitir a las agencias de calificación de riesgo que las medidas de ajuste emprendidas en los últimos meses están ayudando a aumentar los ingresos y que cuenta con efectivo suficiente como para no tener que acudir a los mercados hasta al menos junio.

Para ello, varios especialistas del Gobierno iniciaron hoy una ronda de reuniones en Mueva York con representantes de Standard & Poor's, Moody's y Fitch, que, sin embargo, presionan para que Puerto Rico emprenda una nueva emisión de deuda.

Las agencias mantienen la deuda de Puerto Rico en el escalón más bajo dentro del grado de inversión, con lo que la bajada de un sólo peldaño haría entrar a la isla en el delicado ámbito del grado especulativo, conocido como el de los bonos "basura" o "chatarra".

Moody's y Standard & Poor's mantienen además la calificación de la deuda en periodo de revisión con una perspectiva negativa, pese a que ambas reconocen los pasos dados por el Ejecutivo para sanear cuentas y reactivar la economía.

Mientras, la revista especializada Tax Notes publicó hoy un artículo que afirma que el impuesto especial del 4 % que Puerto Rico cobra a las empresas manufactureras desde 2010 podría ser inconstitucional.

De ser así, el escenario se complicaría aún más para una isla de 3,4 millones de habitantes que lleva siete años en recesión y ve cómo se le agotan las vías de financiación con el éxodo masivo de su población (que tiene pasaporte estadounidense) y de las empresas aquí instaladas.

Entre quienes visitan hoy Wall Street se encuentran las secretarias de la Gobernación, Ingrid Vila Biaggi, y de Hacienda, Melba Acosta, los máximos responsables del Banco Gubernamental de Desarrollo, David Chafey y José Pagán, y el director ejecutivo de la Oficina de Gestión Presupuestaria, Carlos Rivas Quiñones, entre otros.

Durante esas reuniones se tratará de la posibilidad de que Puerto Rico regrese en febrero a los mercados y emita nueva deuda, algo que no hace desde agosto.

La deuda de Puerto Rico lleva meses negociándose con intereses muy elevados, ante las dudas de los inversores de que Puerto Rico efectivamente pueda hacer frente a sus pagos, tal y como insiste en defender su Gobierno.

El pasado 11 de diciembre Moody's estableció un plazo de tres meses para rebajar la calificación de Puerto Rico si la isla no era capaz de regresar al mercado con una nueva emisión de deuda, que en la actualidad asciende a cerca de 70.000 millones de dólares.

Mientras, Morgan Stanley está tratando de reunir 2.000 millones de dólares entre fondos de inversión y otros potenciales inversores para hacerse con bonos puertorriqueños.

La semana pasada, Puerto Rico ya allanó su camino para regresar al mercado de bonos, a través de la aprobación de la legislación necesaria para la creación de una entidad que será la que emita deuda basada en los ingresos del impuesto sobre las ventas que se cobra en la isla.

La nueva corporación estará adscrita al Banco de Gubernamental de Fomento, una entidad que se creó en los años 40 y que fue fundamental para canalizar la financiación del desarrollo de la isla, aunque con los años se ha descapitalizado.

La exención de impuestos federales, estatales y locales de la deuda municipal de Puerto Rico, y su baja calificación, han hecho que durante años haya sido muy atractiva para los inversores estadounidenses, lo que explica que cerca del 70 % por ciento de los fondos estadounidenses especializados en este tipo de bonos hayan invertido en notas de la isla.

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