Romario alerta sobre "golpe" de jefe del fútbol en Brasil tras acusación en EEUU

  • El exastro y actual senador brasileño Romario alertó el miércoles de un "golpe" en la Confederación de fútbol de su país (CBF), después que su presidente se apartara del cargo debido a las acusaciones de corrupción de la justicia estadounidense y dejara en su lugar a un aliado.

La cuestión le podrá ser consultada a Marco Polo del Nero, quien hasta el jueves pasado era el jefe del fútbol brasileño, cuando acuda a declarar ante una comisión parlamentaria (CPI) que investiga casos de corrupción en la entidad.

"Del Nero vendrá a esta comisión el próximo miércoles 16 de diciembre", anunció Romario en la reunión de esta CPI, que además preside.

El dirigente de 74 años se apartó la semana pasada de sus funciones para dedicarse a su defensa tras ver su nombre mencionado en acusaciones relatadas por la justicia de Estados Unidos y por el Comité de Ética de la FIFA.

Y designó como sustituto interino al vicepresidente Marcus Antonio Vicente, diputado de la poderosa "bancada da bola", una especie de lobby del fútbol en el Congreso brasileño.

Para Romario, un enemigo jurado de Del Nero, esta estrategia corresponde a un "golpe".

"Estamos en contra de este tipo de maniobra. En relación a la entidad nos gustaría que siguiera su curso normal, ya sea si dentro de los próximos meses el presidente apartado es arrestado o se aparta definitivamente del cargo", dijo Romario.

Al pedir licencia, Del Nero pudo escoger su sucesor. Si renunciara en cambio la cabeza de la CBF sería asumida por Delfim Peixoto, el vicepresidente más viejo de la entidad y nada afecto a la actual directiva.

Marcus Antonio Vicente también fue llamado a declarar en la CPI junto a Del Nero, que fue acusado de corrupción el pasado jueves por la justicia estadounidense junto a otros 15 altos jerarcas del fútbol mundial.

Arrinconado por las crecientes sospechas de corrupción, Del Nero ya había renunciado días antes a su plaza en el Comité Ejecutivo de la FIFA.

El dirigente no ha salido de Brasil en siete meses, cuando llegó de Suiza por sorpresa después del arresto de su antecesor y padrino político José Maria Marin en la primera ola de arrestos por el escándalo en la FIFA.

La CPI ya aprobó en agosto levantar el secreto bancario de las cuentas del directivo y la semana pasada quebró la confidencialidad de sus llamadas.

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