Salgado no miente: la deuda española va a ir bien

  • El mal menor que ha sido la rebaja de rating de Moody's, sumado a los nuevos ajustes de Portugal y a que Irlanda ha puesto precio al rescate de dos de sus principales bancos, llevan a los expertos a pensar que la financiación de España seguirá abaratándose.
Ana P. Alarcos

A pesar de que las dos últimas veces que España ha salido al mercado en busca de dinero se ha visto obligada a pagar más intereses, nuestra deuda sigue teniendo todas las garantías. Al menos, eso dijo el pasado jueves la ministra de Economía, Elena Salgado… Y parece que no le faltan razones para pensarlo, porque España está ante un escenario mucho más positivo que hace apenas tres semanas.

Aunque la agencia de calificación Moody’s haya bajado la nota a nuestra deuda, y las economías de Irlanda y Portugal estén en plena ebullición, los expertos consideran que España puede salir relativamente indemne. De hecho, apuntan que el Tesoro seguirá abaratando su financión. Es decir, que tendrá que pagar menos a los inversores por colocar su deuda.

Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, explica que “en general, lo estamos haciendo bien. Estamos cumpliendo la ejecución presupuestaria, ya se ha aprobado la reforma laboral, prácticamente se ha cerrado la reestructuración del sistema financiero y el Gobierno y los sindicatos seguirán hablando sobre la reforma de las pensiones. Por eso, la economía nacional está mucho mejor ahora que en junio, así que no creo que el Tesoro tenga problemas para financiarse. Es más, debería mantener la tendencia de reducir los intereses que paga a los inversores porque compren nuestra deuda”.

Más allá de que esté cumpliendo con sus compromisos, España cuenta con otro tanto a su favor: el mercado ya tenía descontada la rebaja de calificación. Las agencias S&P y Fitch ya le habían bajado el rating a España en abril y mayo, respectivamente. Y, por lógica, Moody’s iba a hacer lo mismo en su revisión de septiembre.

Pero, por si quedaba algún escéptico, la propia agencia confirmó sus intenciones en junio. La única duda era conocer el verdadero alcance de la decisión y, finalmente, no ha sido tan malo como se especuló en un principio. “La deuda española sólo ha bajado un escalón (cuando podían haber sido dos) y mantiene una perspectiva estable (cuando podía haber sido negativa). Además, el mercado tenía muy claro que la rebaja se iba a producir, porque estaba en la agenda de Moody’s”, argumenta Jorge Lage, analista de CM Capital Markets.

Prueba de ello es que el mismo día que la agencia golpeó la nota a la deuda española, los inversores empezaron a apostar más por España y consiguieron que la prima de riesgo -que se mide a través del diferencial entre nuestros bonos a diez años y los alemanes, la referencia en Europa- se redujera desde 197 hasta 185 puntos básicos. Es decir, que al Estado le salía, en cuestión de horas, un 6% más barato financiarse. 

Pero los buenos pronósticos para la deuda española también pueden verse beneficiados por otro factor. Han empezado a remitir las tensiones provocadas por los recientes máximos históricos de las primas de riesgo de Irlanda y Portugal, que apuntaban hacia un posible efecto contagio en las economías de la periferia europea.

Primero, porque el estado irlandés ya ha cifrado el rescate de dos de sus bancos más importantes -lo que supone un impacto muy fuerte en las cuentas públicas a corto plazo, pero una necesidad cubierta a medio plazo- y, segundo, porque el Gobierno luso ha anunciado nuevas medidas para recortar el déficit público del país.

Gracias a estas noticias, los diferenciales entre los bonos de los PIIGS –Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España- y los alemanes (es decir, sus primas de riesgo) han recuperado posiciones. Según los datos de mercado recogidos por Efe, por ejemplo, el diferencial español cerró el viernes en 183 puntos básicos, el mismo nivel que registró antes de que resucitaran los temores sobre la deuda soberana.

Sin embargo, España tendrá que hacer frente a varias asignaturas pendientes en los próximos meses. Según apunta Lage, “debe seguir reduciendo su déficit público, esperar a que el paro se reduzca y a que la economía pueda recuperar su marcha”. Para ir abriendo boca, el Tesoro emitirá bonos a tres años el próximo jueves, una prueba que se podría traducir en una oportunidad perfecta para confirmar que su financiación seguirá abaratándose.

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