Santander capta 7.500 millones y lo paga con una caída del 14 % en bolsa

  • El Banco Santander ha cerrado esta semana una sorpresiva macroampliación de capital de 7.500 millones de euros con éxito por el entusiasmo con el que la han acogido grandes inversores internacionales, aunque paradójicamente le ha costado su mayor caída bursátil en 16 años.

Eva Yraola

Madrid, 10 ene.- El Banco Santander ha cerrado esta semana una sorpresiva macroampliación de capital de 7.500 millones de euros con éxito por el entusiasmo con el que la han acogido grandes inversores internacionales, aunque paradójicamente le ha costado su mayor caída bursátil en 16 años.

La ampliación de capital, a la que han acudido en masa grandes inversores sobre todo procedentes de Estados Unidos y el Reino Unido, mejorará la ratio de capital del banco desde algo más del 8 % por encima del 10 %.

Además mejorará la solvencia del banco y, como explicaba su presidenta, Ana Botín, le permitirá aprovechar oportunidades de crecer pero de forma orgánica, es decir, sin necesidad de comprar otras entidades, a base de mejorar el crédito y ganar cuota de mercado en todos los países donde opera.

Expertos y analistas han aplaudido la firmeza con la que Botín ha zanjado una de las carencias del banco frente a otras entidades europeas, la ratio de capital, que las pruebas de estrés a las que el BCE y la Autoridad Bancaria Europea sometieron a la banca europea pusieron en evidencia.

Las autoridades europeas exigían un mínimo de capital del 8 %, que el Santander superó claramente con un 8,95 %, pero que para una entidad de su envergadura sabía a poco, con lo que la operación cerrada esta semana ha callado muchas bocas.

Sin embargo, el mercado ha reaccionado con furia y ha castigado al banco con la mayor caída en bolsa en 16 años, de más del 14 %.

El batacazo se debe a distintos motivos. El primero de ellos es que es lógico que las acciones del Santander ajusten su cotización al precio de la ampliación de capital; la emisión de estas nuevas acciones quedó fijada en 6,18 euros, y al cierre de la sesión de ese día los títulos del banco se negociaban a 6,585 euros, por lo que era de esperar un descuento.

Pero el ajuste entre el precio de las acciones de la ampliación y al que se negociaban los títulos en bolsa no se detuvo ahí, y las acciones del banco cerraron el viernes a 5,89 euros.

Si se excluye la rebaja con la que se emiten las nuevas acciones para comparar la evolución del Santander con otros bancos, y se toma como punto de partida el precio de la ampliación, queda una rebaja del 4,69 %, inferior a la del índice que agrupa a las principales entidades europeas, que cayó el viernes un 5 %.

Por otro lado, aparte del ajuste que cabía esperar, los inversores han visto cómo su participación en el banco se diluye tras la ampliación de capital, que contempla la emisión a partir del lunes de 1.258,4 millones de nuevas acciones, equivalentes al 9,9, % de su capital social.

A mayor número de acciones, menor porcentaje para los accionistas.

Por último, otro detalle que también aprobó el consejo de administración, junto con la ampliación de capital, y que fue lo que desató la estampida de inversores, es una "reorientación" del dividendo, que pasa de 0,60 a 0,20 euros, un 66 % menos, repartido en cuatro pagos, tres de ellos en efectivo; únicamente en uno de ellos el banco dará la opción de recibir nuevas acciones.

El "enfado" ante esta sustancial rebaja de la retribución al accionista es comprensible, pero lo cierto es que en los últimos años el accionista obtenía una remuneración mayor que los beneficios ordinarios de la compañía.

Con la decisión de fomentar el pago del dividendo en efectivo, el Santander se protege de mayores diluciones, sobre todo si tenía previsto emitir más de 1.200 millones de títulos, pero a partir de ahora cada vez que se repartan dividendos el pequeño accionista no sufrirá el efecto dilución.

Como la operación estaba dirigida a inversores institucionales -grandes fondos y planes de pensiones- y quedaban excluidos los pequeños inversores del Santander, que no han tenido en esta ocasión derecho de suscripción preferente, la primera impresión es que son éstos últimos los más perjudicados, pues no han podido comprar acciones del banco del que son accionistas a un precio más barato que el del mercado.

Pero sobre esta cuestión los expertos son unánimes, ya que el Santander ha reconocido que tenía una carencia -la ratio de capital- que ha solventado de un plumazo, y ha corregido un problema -un dividendo insostenible- al tiempo que ha mejorado su solvencia. EFECOM

eyp/jla

(recursos de archivo en www.lafototeca.com Códigos 7113914 y otras)

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