Seis propuestas para terminar (por fin) con el paro estructural en España

    • Expertos de la Fundación de Estudios Financieros creen que el problema del desempleo no es sólo económico, sino estructural.
    • Proponen que la indemnización por despido se use para incentivar la búsqueda de trabajo, y reformar los servicios públicos de empleo y el sistema educativo, entre otras medidas.
La Fundación de Estudios Financieros (FEF) ha presentado el estudio 'Acabar con el paro. ¿Queremos? ¿Podremos?'
La Fundación de Estudios Financieros (FEF) ha presentado el estudio 'Acabar con el paro. ¿Queremos? ¿Podremos?'
Quique Rodríguez

España es el segundo país europeo con mayor índice de desempleo, sólo por detrás de la arruinada Grecia. Lo fácil es pensar que puede explicarse por la profundidad de la crisis económica, pero los expertos insisten en que en nuestro país se ha destruido empleo de forma mucho más furibunda que en otros del continente europeo que padecían recesiones similares.

Además, en las precedentes épocas de bonanza, España siempre ha mostrado en las últimas décadas niveles de paro sensiblemente superiores a las de los países desarrollados.

¿A qué se debe esta anomalía? ¿Cuál es la causa de que nuestro mercado laboral sea incapaz de integrar a mayor número de ocupados incluso en épocas de vacas gordas?

La Fundación de Estudios Financieros (FEF), dependiente del Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), ha intentado encontrar el origen de este mal de nuestra economía en un estudio titulado Acabar con el paro. ¿Queremos? ¿Podremos?, dirigido por el economista y matemático César Molinas y Pilar García Perea, economista del Banco de España.

En la presentación del informe, al que acudió la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, el presidente de la FEF y el IEAF, Juan Carlos Ureta, destacó la necesidad de olvidar debates obsoletos para corregir los males endémicos de nuestro mercado laboral y subrayó la importancia de la educación en la lucha contra el paro. En este sentido, la ministra Báñez recordó que de los 4,1 millones de parados actuales, la mitad no ha llegado a concluir los estudios secundarios obligatorios. Es decir, como máximo tienen estudios primarios.

Por su parte, César Molinas, aseguró que el nivel de paro español es sin duda una anomalía, por lo que hay que seguir impulsando reformas en nuestro mercado laboral y sistema educativo. En este sentido, opinó que el problema de la educación en nuestro país no tiene que ver con los recursos económicos, sino que es una cuestión de gestión y de actitud.

Las ideas de los expertos para acabar con el paro endémico

El trabajo, de 200 páginas, propone además una serie de ideas para erradicar ese porcentaje de desempleo que puede considerarse estructural y que no responde a causas económicas, sino regulatorias, legislativas, institucionales, históricas, educativas y culturales. Y es que, durante las tres últimas décadas y media, España siempre ha tenido entre 5 y 15 puntos porcentuales más de desocupados que los principales países europeos. Porque esto puede corregirse. "No es inevitable que tengamos un 16% de paro permanente y más de un 20% siempre que llega una crisis", asegura Pilar García Perea, que cree que hay que aceptar una mayor inseguridad en el trabajo, aunque la flexibilidad interna de las empresas evita despidos. Y ello, a cambio de ganar una mayor estabilidad en el mercado laboral español.

Estos expertos proponen una reforma sustantiva de instituciones, prácticas y leyes de nuestro mercado laboral, aunque advierten de la fuerte resistencia a este tipo de cambios por parte de no pocos colectivos.

Estas son sus seis ideas:

1. No judicializar los conflictos laborales. Es decir, reducir el excesivo activismo judicial actual, considera el estudio, creando sistemas de resolución extrajudicial de los conflictos, como la mediación en los despidos individuales, como comienza a hacerse ya en los despidos colectivos. "El activismo judicial limita la libertad empresarial", considera Pilar García Perea.

2. Liberar los convenios colectivos de la servidumbre de la cláusulaerga omnes, extendiendo los convenios extraestatutarios, como en los países de nuestro entorno, donde éstos son la mayoría.

Según los autores de la obra, España es el único país en el que la práctica totalidad de los convenios son estatutarios. Es decir, que tienen eficacia normativa y general erga omnes: lo pactado no es un mero contrato sino que se aplica de forma automática a las relaciones laborales individuales sin necesidad de incorporarlo de forma expresa al contrato de trabajo. De esta forma, las empresas están obligadas a seguir el convenio de su ámbito. En Alemania, por ejemplo, dicen los autores, las pequeñas empresas quedan libres de esa obligación. Para eso ya están, sostienen otras normas generales como el Estatuto de los Trabajadores o el Salario Mínimo Interprofesional.

Esta circunstancia, como la judicialización de las relaciones laborales, limita, según el informe, la libertad empresarial y su capacidad de toma de decisiones para adaptarse a los ciclos económicos.

3. Crear un contrato unificado para temporales e indefinidos. No es lo mismo que el famoso contrato único, porque éste último viene prácticamente a impedir que haya empleos temporales. El contrato unificado permitiría contratar eventuales en aquellas actividades como el turismo o la construcción que lo precisen. Pero incentivaría la contratación de trabajadores fijos porque ambas modalidades de contrato tendrían los mismos costes asociados e indemnizaciones. Además, de esta forma se simplificaría la contratación.

4. Que las indemnizaciones por despido tengan carácter finalista incentivando la búsqueda de empleo. Es una de las propuestas más polémicas de este libro. Propone, con el objetivo de motivar la búsqueda activa de trabajo por parte de los trabajadores que se quedan en situación de desempleo que la indemnización por despido se retenga en una cuenta y se use para formar al profesional, reciclarle y a las acciones necesarias para su retorno al mercado laboral. Una vez logrado este objetivo, el remanente quedaría liberado para el trabajador. Los autores consideran que fomenta la vuelta al trabajo cuanto antes y no incrementa el coste de los despidos.

5. Reformar los servicios públicos de empleo: mejorar las políticas activas y la formación continua. Las subvenciones a la contratación, sostiene el informe, son fáciles de gestionar (por eso se ponen en marcha), pero son caras para el erario público. Consideran que lo esencial debería ser el seguimiento personal de los desempleados, para acompañarles en su camino de retorno al empleo a través de la formación y orientación. Para ello es imprescindible reformar los actuales servicios públicos de empleo.

6. Reforma del sistema educativo. No se adapta, creen los investigadores, a las necesidades del mercado de trabajo, con un sesgo académico que dirige a los estudiantes sobre todo hacia la universidad y muy poco a la Formación Profesional (FP). Y apostar decididamente por la FP Dual, con la participación en la cualificación de los alumnos de las propias empresas.

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