Sniace y comité retoman la negociación del convenio tras dos meses paralizado

Torrelavega (Cantabria), 7 sep.- El comité y la dirección de la empresa cántabra Sniace retomarán el 10 de septiembre la negociación del convenio colectivo de este año, que fue suspendida hace dos meses para analizar qué impacto tendría en el balance de resultados los cambios aprobados por el Gobierno central para el mercado del gas.

La decisión de reiniciar las negociaciones ha sido comunicada al comité por parte del presidente de la compañía, Blas Mezquita, durante la reunión mantenida hoy en las instalaciones fabriles de Torrelavega, en la que también se han analizado los recientes decretos del Gobierno central en materia de regulación laboral.

Fuentes sindicales han explicado a Efe que el comité mantiene su rechazo a las últimas pretensiones de la empresa, que consistían en rebajar los salarios un 10 por ciento o sustituirlos por 30 despidos, algo que motivó una convocatoria de huelga para los meses de julio y agosto que fue suspendida pocos días antes de su inicio.

La empresa retiró esta propuesta inicial para evitar la huelga y se comprometió a presentar una propuesta salarial concreta, a fin de estudiar cómo podría quedar el convenio colectivo en su conjunto, algo que no se ha producido por el cambio de consejeros en la sociedad y por las nuevas regulaciones sobre el mercado del gas.

La suspensión de las negociaciones tuvo lugar a mediados de julio tras anunciar Mezquita a los representantes sindicales que era "poco útil" proseguir con la negociación del convenio colectivo, ya que antes de ello se debe evaluar el impacto que podría tener el nuevo impuesto al gas en la cuenta de resultados de la compañía.

También entonces, el presidente de Sniace avanzó al comité su intención de reanudar la negociación "en el plazo de una o dos semanas", negociación que en aquel momento había supuesto diez reuniones entre empresa y comité sin casi avances debido a las discrepancias existentes.

Mezquita ha reiterado en los últimos meses que a las dificultades de los mercados y a la situación financiera actual se suman los cambios normativos impositivos en el sector energético, algo que no se conoce con exactitud como podría afectar al funcionamiento de la compañía.