Solar Impulse 2, cuenta atrás para el desafío de dar la vuelta al mundo

Elena Sánchez Laso

Madrid, 13 nov.- El avión "Solar Impulse 2", un laboratorio de tecnología en el aire, se prepara para afrontar su gran reto: dar la vuelta al mundo en 5 días y 5 noches de manera ininterrumpida movido sólo por la energía que le proporciona el sol mediante 4 electromotores impulsados por 17.000 células fotovoltaicas.

"Revolución" es la palabra que más utiliza Bertrand Piccard uno de los pilotos de la aeronave cuando define este "sueño de flotar en el aire" que se hará realidad en marzo de 2015 cuando el avión solar emprenda la vuelta con le fin de alertar de que otro modelo energético es posible.

En una reunión internacional con periodistas Piccard ha explicado los pormenores del viaje y los avances de este nuevo avión, el segundo prototipo del aparato, en el que tras 12 años de viabilidad y diseño se han visto involucrados 50 ingenieros y técnicos, 80 socios tecnológicos y un centenar de asesores y proveedores.

Esta aeronave, poseedora de una aerodinámica y una eficiencia energética tres veces mayor que las de un avión comercial, no ha nacido, según palabras del piloto, para ser un avión comercial sino para atraer la atención sobre las nuevas tecnologías que pueden alcanzar retos increíbles.

Piccard, psiquiatra e hijo y nieto de inventores, ha reiterado su "fe" en que este avión cambiará la percepción que la humanidad tiene acerca de los "retos imposibles" y ha señalado la importancia de usar energías cien por cien renovables.

"Si quieres cambiar el mundo tienes que cambiar los paradigmas y no rendirte nunca".

En la actualidad, la aeronave, aparcada en un hangar de la localidad de Payerne (Suiza), realiza vuelos de reconocimiento sobrevolando el espacio aéreo suizo para prepararse para la gran cita.

B. Piccard, alma mater de esta aventura del Siglo XXI, ha confesado su peor pesadilla es caer en el océano y estar a la deriva durante días hasta que le rescaten.

Para solventar este "gran problema" cuenta con la confianza, apoyo y seguridad que le brinda su equipo aunque al ser un proyecto pionero los problemas están por llegar.

En cuanto a la preparación física y mental de los pilotos, André Borschberg, cofundador del proyecto y segundo piloto de este aparato ha resaltado las técnicas de meditación e hipnosis a las que son sometidos para mantener siempre la concentración.

En una cabina sin calefacción, despresurizada y con comida y agua para una semana, Piccard y Borschberg, pilotan desde un asiento ergonómico con funciones de baño y cama incorporados al mismo.

Cuando el asiento está completamente reclinado los pilotos pueden dormir (unas cuatro horas al día), realizar sencillos ejercicios físicos y estirar las piernas después de tantas horas de inmovilidad.

"Uno de los factores más importante es gestionar la fatiga, el sueño y los cambios de presión y de temperatura a los que nos vemos sometidos, ha reconocido Borschberg.

El Solar Impulse 2(Si2) puede volar a la misma velocidad que un coche entre 36/140 km/h y cuenta con un fuselaje construido con materiales de peso ligero, tales como fibra de carbono y paneles tipo sándwich de nido de abeja que reducen el peso de la capa de carbono de 80 g/m² a 25 g/m².

A este respecto ambos pilotos han señalado que durante la construcción se logró que la estructura fuera proporcionalmente 10 veces más ligera que la de el mejor planeador.

"Cada gramo añadido tuvo que ser deducido en otro lugar para hacer espacio para las baterías y para mejorar la estrecha cabina de los pilotos".

En la parte externa del Si2, la superficie superior del ala se cubrió con células solares encapsuladas, mientras que a la superficie inferior le fue implementado un recubrimiento flexible de alta resistencia.