Turistas extranjeros que juegan al golf: la especie deseada

  • Hombres, con unos 50 años, que pasan en España más de una semana, tienen un alto poder adquisitivo y no vienen sólo en verano: ése es el perfil del turista extranjero que visita nuestro país para jugar al golf y al que se disputan campos, hoteles, restaurantes y tiendas.

Emilia Pérez

Madrid, 20 jul.- Hombres, con unos 50 años, que pasan en España más de una semana, tienen un alto poder adquisitivo y no vienen sólo en verano: ése es el perfil del turista extranjero que visita nuestro país para jugar al golf y al que se disputan campos, hoteles, restaurantes y tiendas.

Y hay donde repartir, porque "en los últimos años España viene recibiendo entre 900.000 y un millón de jugadores de golf extranjeros", explica a Efe el presidente de la Real Federación Española de Golf, Gonzaga Escauriza.

Los años récord fueron 2005 y 2007, cuando España recibió más de un millón de turistas extranjeros interesados en practicar golf, y aunque después la cifra fue bajando, en los dos últimos años se ha ido recuperando hasta casi 900.000 con que cerró 2012.

A esa contracción ha contribuido, según el director general del prestigioso Club de Golf Valderrama, Javier Reviriego, la rivalidad de países como Portugal o Turquía, "que han invertido mucho en promoción y es muy difícil competir contra ellos".

También el presidente de la Federación se muestra convencido de que año tras año habrá más competencia, porque otros mercados han descubierto que "esto es un nicho importante para aumentar sus ingresos", aunque opina que las revueltas en países cómo Túnez o Turquía están beneficiando a España.

"Este tipo de cliente quiere seguridad. Muchos de ellos no quieren aventuras, sino jugar al golf en un país desarrollado, con ciertas seguridades políticas y sociales", apunta.

Como ocurre en el resto del sector, también en turismo del golf es el visitante internacional el que sustenta el liderazgo del que goza España en Europa, con una cuota de mercado cercana al 40 % y un volumen de negocio en 2012 de 1.153 millones de euros, según datos del Instituto de Turismo de España (Turespaña).

Para Escauriza, el turista de golf tiene dos grandes ventajas: "Gasta más que el de playa y es complementario a éste, ya que si el turista de playa viene de junio a septiembre, el de golf lo hace de octubre a diciembre y de febrero a mayo".

Sus gastos medios diarios oscilan entre 160 y 200 euros y la mayoría se aloja en hoteles y apartamentos y, en un porcentaje menor, en segundas residencias.

Además, como apunta Cristóbal Guerrero, director general de Las Colinas Golf & Country Club, una comunidad residencial en torno a un campo de golf de 18 hoyos en Alicante, se trata de un colectivo al que no ha afectado prácticamente la crisis.

Por mercados emisores, apunta Escauriza, "los turistas de golf son mayoritariamente británicos, concentrados en la Costa del Sol; alemanes, en Palma de Mallorca, y nórdicos, que se reparten por todo el país".

Los datos de Turespaña revelan cómo mientras las cifras de británicos y alemanes se han ido reduciendo, los nórdicos que visitan España para practicar el golf se multiplicaron por 3,5 en cinco años, entre 2005 y 2010, atraídos por nuestro clima, los fáciles accesos y el "crecimiento vertiginoso" de campos de golf.

Si en 1975 había en España 50 campos de golf y 100 en 1990, en 2010 nuestro país contaba con 350 campos de entre 9 y 18 hoyos, aunque incluyendo instalaciones menores la cifra ascendería a 410.

En cuanto a regiones, el presidente de la Federación destaca a Andalucía como la pionera, con campos como Valderrama, inaugurado en 1985 y con una facturación anual de 7,5 millones de euros.

A ella se fueron sumando Baleares, Cataluña, Canarias y la Costa Blanca.

Con el gancho del golf, se ha apostado también en España por proyectos residenciales, aunque en este caso la crisis sí se ha dejado sentir en "la timidez de la inversión inmobiliaria", explica el director general de Las Colinas.

Javier Delgado, consejero delegado de PGA Cataluña -otro proyecto residencial asociado a dos campos de golf con una facturación prevista para 2013 de 4,7 millones-, destaca que entre el 95-98 % de sus clientes no viven en el complejo.

Otros que se han lanzado a por el turista de golf han sido los Paradores Nacionales, que disponen de dos establecimientos con campos propios (El Saler y Málaga Golf), y acuerdos con campos externos en otros 25 hoteles.

"Estamos convencidos de que hay que buscar al turista de golf, porque es un turista de calidad, que gasta más dinero y, al final, España tiene una oferta enorme de campos", apuntan desde la cadena pública.

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