"Queremos que el texto que está siendo negociado sea aún más ambicioso (...) para mandar un mensaje muy claro sobre la seriedad de los Estados para comprometerse con una economía de intensidad baja en carbono", es decir, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero sean mínimas, declaró a la prensa Cañete, al margen de las negociaciones sobre el clima, que se encuentran en su recta final.
"De otra forma, ¿cómo a van a tener confianza las empresas para aumentar su nivel de inversión?", añadió.
Se necesita "un rumbo claro que permitirá potencialmente desbloquear miles de millones de dólares en inversiones" en materia de energías renovables, añadió.
Al margen de esta conferencia, 185 países de 195 han presentado medidas para limitar o reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de cara a 2025/2030. Para alcanzar los objetivos que se han fijado esos países, el sector energético tendría que invertir 13,5 billones de dólares de aquí a 2030, según la Agencia internacional de la Energía.
Esos esfuerzos sin embargo son insuficientes para que la temperatura del planeta aumente menos de 2º C.
Uno de los desafíos de la conferencia de París es crear un mecanismo de revisión, regular y progresivo, de las políticas climáticas.
"Necesitamos una revisión cada cinco años, si no, este acuerdo no habrá tenido sentido" dijo Cañete, que estimó que el acuerdo final contendrá sin duda un "objetivo de cara a 2050" para una transición energética a un mundo sin dependencia de los combustibles fósiles.
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