Consejos técnicos

La UE busca herramientas para incorporar la sostenibilidad a los ratings de deuda

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) lanza una consulta pública para recopilar ideas sobre cómo incorporar los factores ESG en las notas crediticias de manera segura y transparente.

Sede de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA)
La ESMA plantea el uso de los criterios ESG en el sector de calificación crediticia
Europa Press

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA por sus siglas en ingles) ha presentado este martes una consulta, como respuesta a una petición formal por parte de la Comisión Europea para recibir consejos técnicos, para mejorar la incorporación de los mercados ESG en el mercado internacional de calificación de crédito.

Según la ESMA, la consulta busca asegurar la incorporación de los factores ESG en la calificación de crédito de manera segura y transparente, tras las evidencias presentadas sobre el uso de diferentes procedimientos únicos por parte de las agencias de rating para generar modelos que no confundan a los inversores.

El organismo ha asegurado que busca mantener la importancia de los factores ESG en las diferentes modelos de clasificación "sujeta a una documentación sistemática". Asimismo, quiere "mejorar la información sobre la relevancia de los factores ESG en las calificaciones crediticias y las perspectivas de calificación, y ofrecer un proceso de calificación crediticia más sólido y transparente a través de la aplicación coherente de la calificación crediticia".

La propuesta encuentra su origen en una revisión del mercado en 2022, donde se demostró que la información sobre los ESG no concuerda ni en las agencias de calificación crediticia ni en los propios factores ecológicos. Tras conseguir una respuesta a la petición, la ESMA planea enviar sus recomendaciones a la Comisión Europea para finales de diciembre.

Dudas alrededor de la ESG y los rating

En 2023, la empresa S&P Global decidió no continuar con el uso de criterios ESG en sus evaluaciones de rating, tras recibir 'quejas' de los clientes que apuntab a que la utilización de estos criterios generaba información confusa.

Ese mismo año, los reguladores europeos trataron de clarificar las dudas de algunos inversores presentando algunos proyectos de entidades concretas. De esta manera, los proveedores de puntuación de los ESG involucrados en el mercado de crédito fueron obligados a operar de forma separada para evitar hipotéticos conflictos de interés.

Pero las diferencias a un lado y otro del Atlántico son muy amplías. De hecho, se especuló con que la decisión de S&P pudiera estar ligada a la oleada anti ESG que crecía en Estados Unidos. La agencia defendió que su decisión no respondía a ningún tipo de presión política, aunque ciertos miembros del partido republicano, que criticaron la aplicación de ESG en los rating por considerarla "politización indebida", celebraron su salida como una victoria para la economía estadounidense y un duro golpe para la cultura 'woke'.

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