Un error de 18.000 millones: la bolsa valora 'a cero' la compra de BAA por Ferrovial

  • La valoración en bolsa de Ferrovial baja hasta los 2.800 millones, menos que la suma de sus filiales de construcción, servicios y su filial Cintra. En 2006, BAA costó 18.000 millones a un consorcio liderado por el grupo español.
Ferrovial, en su décimo aniversario en bolsa, compró BAA en 2006 por más de 18.000 millones de euros en créditos. (Foto:
Ferrovial, en su décimo aniversario en bolsa, compró BAA en 2006 por más de 18.000 millones de euros en créditos. (Foto:
R. J. Lapetra
R. J. Lapetra

Se acaban de cumplir tres años desde que Ferrovial, la constructora española controlada por la familia Del Pino, protagonizó la mayor operación en el sector de infraestructuras de Europa con la compra de BAA, los aeropuertos británicos, por cerca de 18.000 millones de euros. En la constructora española todavía se arrepienten de la gigantesca hipoteca adquirida en aquella operación, en la que fueron de la mano con dos socios financieros: el fondo soberano de Singapur (GIC) y una caja canadiense (Caisse du Quebec). El proceso antimonopolio del regulador británico y las exigencias de nuevas inversiones han convertido a BAA en un lastre para la compañía.

Les ha dejado en una situación crítica que se refleja en el espejo del mercado. La cotización de Ferrovial ha caído casi un 77% desde los máximos alcanzados poco después de comprar BAA y ahora atesora una capitalización bursátil de apenas 2.800 millones de euros, menos que lo que vale Sacyr después de salir trasquilada con las ventas forzadas de Eiffage e Itinere desde 2008. Teniendo en cuenta que las divisiones de construcción y servicios de Ferrovial están valoradas en 1.000 millones, según estimaciones de mercado, y que su filial cotizada Cintra vale en bolsa unos 2.300 millones, los inversores dan un valor ‘cero’, esto es, a la presencia de BAA, pese a que en su momento costó más de 18.000 millones.

Fue en junio de 2006 cuando Juan Béjar, el entonces responsable de infraestructuras del grupo, daba por ganada la batalla para controlar los aeropuertos de Reino Unido, entre los que se encuentran los de Heathrow, Gatwick y Stanted. Béjar abandonó la empresa meses después por discrepancias con la dirección para enrolarse en un fondo inversor en infraestructuras de Citigroup -que acaba de cerrar la compra de Itinere a Sacyr- y actualmente se ha vuelto a mover para liderar Globalvía, la filial de concesiones que mantienen a medias Caja Madrid y la constructora FCC de Esther Koplowitz.

Aquella operación abrio las grietas en uno de los grupos empresariales y familiares más poderosos de España. Rafael del Pino Calvo-Sotelo, presidente de la empresa, se hizo con todo el poder de la constructora y provocó la ruptura -como suele ser habitual en los procesos de sucesión familiar- de la sociedad que controlaba el 58% de Ferrovial. Por el camino se ha quedado también Joaquín Ayuso, vicepresidente de la compañía, que ha dejado el cargo de consejero delegado en manos de Íñigo Meirás. Los relevos en la cúpula llegan en pleno proceso de fusión con Cintra, su filial de concesiones de autopistas, con la que pretende equilibrar la estructura de ingresos recurrentes con la que financia su deuda financiera neta de 24.000 millones de euros, la tercera más alta de la bolsa española por detrás de dos colosos como Telefónica e Iberdrola, que multiplican el tamaño de Ferrovial en 25 y 10 veces, respectivamente.

Diez años cotizando y por debajo de la OPV

Ferrovial ha cumplido recientemente su décimo aniversario de cotización en los mercados financieros. Nada que celebrar ni recordar. Hubo tiempos mucho mejores. Actualmente, sus acciones cotizan a 20,7 euros, un 9,8% por debajo de su debut y un 77% de los máximos alcanzados en 2006 en plena vorágine de apalancamiento, cuando la compañía llegó a comprometerse a pagar créditos a los bancos por valor de 32.000 millones de euros. Ahora, con la incorporación de Cintra al seno del grupo -la filial está hipotecada, ya que es el aval para parte de los créditos de la compra de BAA-, Ferrovial podría reforzar su posición financiera para poder volver a beneficios.

La compañía registró pérdidas de 838 millones de euros en 2008 y, en el primer trimestre de 2009, perdió otros 105 millones. Este fuerte brote de pérdidas está ligada a las ventas de activos del grupo -que le han llevado a reducir su deuda estimada en cerca de 8.000 millones en 12 meses, según datos de Facset-, así como al incremento de los costes financieros (intereses de créditos) que no están siendo neutralizados por el negocio de BAA.

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