Si ya lo han hecho con los toros y con la paella, a la costumbre más española y extendida del mundo también tenía que convertirse en negocio. La siesta después de comer se ha convertido en el mejor producto de un hotel valenciano. Al lugar le falta algo de paradisiáco para ser el lugar perfecto para echar una cabezada, pero no mienten con su oferta.
"Ha tenido mejor acogida de la esperada", explica un recepcionista del Hotel Cuatro Hermanas a lasprovincias.es.Por 32 eurosel viajero que quiera puede alquilar una habitación durante cuatro horas. Para algunos puede ser excesivo (el tiempo o el dinero) pero hay muchos tipos de siestas y gente que pagaría mucho más por desconectar un rato.
La clientela del hotel en Puzol son viajeros, camioneros y ejecutivos, muchos de los cuáles han agradecido la oferta. Si lo que quieren es dormir un par de horas y darse una ducha, no hace falta que paguen los 60 euros que costaría pagar una noche entera. De hecho, la idea surgió del propietario para adaptarse a una nueva demanda nacida en la crisis.
"Nos fijamos en otros hoteles más grandes de Madrid o Barcelona que lo hacen", ha dicho el trabajador del Cuatro Hermanas, Iván Luis. La empresa valenciana sabe que no está descubriendo nada nuevo a sus vecinos y forasteros, pero valor emprendedor no les falta en una región en la que el turismo es una de las bases de la economía.
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