"Un viaje sin fronteras" para repasar el camino de Ferrovial en seis décadas

  • Han pasado ya 60 años desde que Rafael del Pino y Moreno fundara en el centro de Madrid una pequeña empresa de vocación familiar llamada Ferrovial, seis décadas de transformación que el periodista Fernando González Urbaneja repasa en el libro "Un viaje sin fronteras".

Cora Serrano

Madrid, 14 sep.- Han pasado ya 60 años desde que Rafael del Pino y Moreno fundara en el centro de Madrid una pequeña empresa de vocación familiar llamada Ferrovial, seis décadas de transformación que el periodista Fernando González Urbaneja repasa en el libro "Un viaje sin fronteras".

Creada en 1952 y orientaba al sector ferroviario que inspiró su nombre, el libro repasa la historia de una compañía que ha crecido en paralelo con la transformación de la economía y la sociedad española en más de medio siglo de vida, haciendo una mención especial a las tres grandes recesiones que ha experimentado España.

La primera de ellas la de 1973, marcada por la crisis del petróleo y la inflación. Un periodo en el que Ferrovial creció más allá del ferrocarril con la construcción de obras hidráulicas, edificaciones y carreteras tanto dentro como fuera de nuestro país, como la autopista de peaje Bilbao-Behovia -la "calle mayor" del País Vasco- o las carreteras en el desierto de Libia.

También se repasa la evolución de Ferrovial durante la recesión de los años 90 y el cambio de estrategia protagonizado por nuevos directivos, con Rafael del Pino Calvo-Sotelo a la cabeza.

Ya adentrados en la crisis actual, el libro se centra en la compra, a mediados de 2006, de la antigua BAA y los problemas asociados a esta operación, entre ellos, las dificultades en la gestión, los intentos fallidos de atentado en los aeropuertos de Londres y de Glasgow, o los expedientes abiertos por el regulador de la competencia británico.

La historia de Ferrovial no hubiese sido la misma sin una serie de inversiones que han marcado el devenir de un grupo que actualmente está presente en 15 países y cuenta con una plantilla cercana a los 70.000 empleados.

Entre ellas, la autopista Bilbao-Behovia en 1968 que supuso entrar en un negocio nuevo; la compra de Agromán (1995) tras la incorporación de España a Europa; la adquisición de la autopista de Toronto ETR 407 a mediados de 1999 (100 kilómetros por los que ahora discurren medio millón de vehículos al día); la compra de la firma británica de servicios urbanos Amey en 2003 y de la española Cespa y la opa sobre BAA en junio de 2006, gracias a la cual pasó a gestionar 7 aeropuertos en el Reino Unido.

El viaje de Ferrovial a lo largo de estos años también se ha visto apoyado en la salida a bolsa en 1999, en el desarrollo y posterior venta de su filial inmobiliaria justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria o en la compra de la constructora polaca Budimex, o de la compañía tejana Webber.

Pero también han sido determinantes, fundamentalmente en los últimos años, las oportunidades de negocio que han ido surgiendo en los servicios municipales de mantenimiento y conservación y su apuesta por las ciudades inteligentes.

"Un viaje sin fronteras", de 266 páginas, también hace una breve mención al caso del Palau de la Música de Cataluña, poniendo de manifiesto la postura de Ferrovial, desde la que se sostiene que el patrocinio de esta institución ha sido "público, motivado y con contrapartidas evidentes" y que las obras que se han querido vincular a la trama fueron objeto de un concurso público en favor de la oferta más competitiva.

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