Busca un gran pacto con el PP

Vara estudia ajustar el IRPF a la subida de precios como hacen las CCAA del PP

Otros territorios de España, como País Vasco, Madrid o Andalucía, ya han activado esta medida. Una iniciativa que propuso el líder de los populares, Feijóo, nada más desembarcar en Génova el pasado abril.

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Vara estudia ajustar el IRPF a la subida de precios como hacen las CCAA del PP.
Raquel Corcho

Los ministerios económicos del Gobierno miran con preocupación el nuevo efecto adverso que ha traído consigo la inflación: una batalla entre CCAA por ver cuál aminora más la carga que soportan los ciudadanos con la actual subida de precios. Así, las comunidades del PP, instados por su líder, Alberto Nuñez Feijóo, han optado por una fórmula que ya se ha extendido a otras (como País Vasco) donde gobiernan nacionalistas vascos y socialistas: deflactar el IRPF. Ahora, un nuevo territorio de la geografía española -y gobernado por el PSOE- medita aplicar esta medida para los conciudadanos de su tierra. Así, desde la Junta de Extremadura no descartan ajustar el Impuesto de la Renta a la nueva realidad inflacionista que sufre el país y añaden que buscan un "gran pacto" para hacer frente a este escenario.

Las mismas fuentes de la Junta afirman que "aún estamos en un primer momento de la negociación en el que se están estudiando las diferentes medidas a aplicar porque acaba de iniciar la negociación de los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2023. Vamos a mantener reuniones con todos los grupos políticos y los agentes sociales y económicos de la región ante la actual situación de incertidumbre que vive Europa y el mundo".

Precisamente ayer, el 'gurú' económico del PP, Juan Bravo, visitó Extremadura. Allí defendió la deflactación tanto para todas las rentas -como es el caso de Madrid- como aquellas de menos de 40.000 euros, como llevará a cabo Andalucía. "Lo ideal sería a todo el mundo. Lo prioritario, las rentas medias y bajas", ha manifestado el dirigente del PP, que cree que en este momento en España hay "margen" para deflactar la renta a las familias.

Junto con Bravo se encontraba la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, que avanzó que quiere una comunidad autónoma que sea "fiscalmente atractiva". Así, indicó que tiene "muy claro" que la primera medida que tomará si accede al Ejecutivo regional será "hacer una revolución fiscal". Guardiola añadió que si su partido consigue la confianza de los extremeños en las próximas elecciones aprobarán con efectos en 2023 una nueva tarifa en el IRPF, con tipos de gravamen de un 8 y de un 10 por ciento en los dos primeros tramos (hoy están en el 9,5% y 12,5%).

La última comunidad en aplicar la deflactación del IRPF ha sido Murcia, dirigida por el popular, Fernando López Miras. Una medida que está siendo un quebradero de cabeza para Ferraz después de que algunas personalidades relevantes de izquierdas, como Jordi Sevilla, hayan defendido este ajuste del impuesto a la inflación.

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Juan Bravo en su visita ayer a Extremadura.

EUROPA PRESS

Por otro lado, fuentes cercanas al presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, aseguran que "de momento" no contemplan llevar a cabo esa medida. No obstante, relatan algunas medidas que se han aprobado estos últimos años para justificar su acción de gobierno. "Hemos mantenido la presión fiscal con acuerdo con los empresarios y sindicatos, hemos bajado el IRPF a los ciudadanos que viven en zonas despobladas, que son bastantes en esta comunidad, y también hemos suprimido muchas tasas e impulsado deducciones fiscales".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se encuentra estos días en Nueva York (EEUU) instó ayer a las comunidades autónomas a evitar entrar en una competencia fiscal a la baja, porque considera que cuando la periferia compite en este ámbito con Madrid, siempre pierde la periferia. Respecto a la posibilidad de armonizar algunos impuestos autonómicos, Sánchez aseguró que es un debate que está sobre la mesa y que a muchos ejecutivos autonómicos, tanto de derechas como de izquierda, quieren.

En los últimos días, el eterno debate sobre la gestión de los impuestos ha vuelto estar encima de la mesa después de que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, abriese la veda proponiendo la recentralización de estos. Unas palabras de las que se desmarcó el Ejecutivo, pero que sirvió de caldo de cultivo para que se enzarzaran las comunidades gobernadas por los nacionalistas y socialistas con las administradas por el PP. Un escenario que ha provocado una avalancha de cruces de acusaciones entre unos y otros: de la competencia desleal por la política fiscal expansiva a la defensa férrea de la política liberal como mejor mecanismo para combatir las consecuencias de la inflación.

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