El grupo industrial 3M, reconocido por la fabricación de productos como el Post-it, habría llegado a un acuerdo de aproximadamente 5.500 millones de dólares (equivalentes a unos 5.089 millones de euros) para resolver más de 300.000 demandas interpuestas en su contra debido a la venta de tapones para los oídos defectuosos de uso militar. Fuentes familiarizadas con la situación han informado a 'Bloomberg' sobre este acuerdo.
Con esta acción, la empresa multinacional evitará tener que desembolsar la cifra que se estimaba estaría en el rango entre 8.000 millones de dólares (alrededor de 7.403 millones de euros) y 9.500 millones de dólares (unos 8.791 millones de euros), según pronósticos proporcionados por expertos de Barclays y Bloomberg Intelligence. Estas cifras eran posibles montos a pagar si el proceso judicial hubiera continuado.
Por su parte y haciendo referencia al escenario anterior, el profesor de Derecho de la Universidad de Richmond, Carl Tobias, comentó a 'Bloomberg': "Parece que 3M ha logrado un acuerdo muy favorable para sus propios intereses". Haciendo referencia al ahorro que ha logrado la entidad.
Doce años vendiendo tapones defectuosos
El caso se remonta a 2003, cuando 3M empezó a comercializar durante 12 años tapones militares para los oídos que, supuestamente, no protegían adecuadamente contra el ruido ocasionado al disparar. Así, para 2012 se habían registrado 971.990 instancias de tinnitus ante el Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos.
En un primer momento, 3M trató de declarar a la unidad Aearo Technologies en quiebra tras acogerse al capítulo 11 de la ley estadounidense que regula estos supuestos. No obstante, un juez dictaminó el pasado junio que 3M no se encontraba en una situación de insolvencia. Aearo apeló el fallo.
A esta cuestión se suma el de los conocidos 'químicos eternos', por el cual 3M se ha comprometido a revertir la contaminación del agua potable en diversos puntos de Estados Unidos generada por estas sustancias y para lo que abonará hasta 12.500 millones de dólares (11.567 millones de euros).
La compañía ya anunció a finales de 2022 que dejaría de emplear estos compuestos (perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) en la fabricación de sus productos, lo que causaría un impacto negativo de 2.300 millones de dólares (2.128 millones de euros).
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