Amazon frena y se consolida como el medidor del parón de consumo español

Es la mayor tienda online de España. Hasta ahora su trayectoria en sus principales mercados estaba marcada por un fuerte crecimiento. La coyuntura de alta inflación y de una potencial recesión económica ha llevado a Amazon a echar el freno. Los problemas en el consumo, que han acarreado un parón en las ventas del comercio electrónico, llevan al gigante a ralentizar o, directamente, paralizar buena parte de los nuevos centros logísticos y ponen en alerta a la plantilla en España. Se estima que se han pasado de más de 360 proyectos -entre obra nueva y reforma- de 2021 en toda Europa a menos de una décima parte de cara a 2023.

La compañía hizo público el reporte trimestral global la pasada semana. El crecimiento se ralentiza seriamente en el segmento internacional (todas las ventas fuera de las fronteras estadounidenses): cayeron un 5% entre julio y septiembre. “En comparación con Estados Unidos, es peor en Europa en este momento; la guerra de Ucrania y los problemas de la crisis energética realmente se han agravado en este mercado”, aseguraba el responsable financiero del grupo, Brian Olsavsky, ante los analistas. Las previsiones para el trimestre navideño son peores en términos generales. España no es, ni mucho menos, inmune dentro del Viejo Continente.

Ante esta situación, Amazon ya ha anunciado la paralización de varios proyectos planificados -que no anunciados formalmente- en varias provincias españolas. Otros se están retrasando, como el de 200.000 metros cuadrados de Badajoz o el de Siero (Asturias). Además, se ha reunificado la actividad en varios espacios para tratar de ahorrar: en la Zona Franca de Barcelona ha cerrado uno de sus centros y traslada a su plantilla a otros ya construidos, mientras que ha hecho algo parecido en algún caso más. De cara a 2023, sólo se plantea como nuevo proyecto un centro de entregas inmediatas a clientes ‘Prime’ en Madrid, según confirman varias fuentes internas. A nivel global, el recorte es de unos 10.000 millones de dólares en inversiones totales.

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Esto contrasta con lo sucedido en el año 2021, cuando el acelerador estaba pisado a fondo debido precisamente a la explosión del consumo a través de internet de los clientes en España en una fase ‘post-pandemia’. A finales del año pasado aportó a sus dos principales filiales logísticas del mercado español -Amazon Spain Fulfillment y Amazon Road Transport- más de 600 millones de euros para abordar el crecimiento. Según los datos aportados por la compañía en el pasado, se abrieron una veintena de centros en España, entre almacenes o estaciones logísticas. Entre todas las divisiones -incluye la nube o la publicidad- superó la barrera de los 6.000 millones de euros de ingresos en el país, aunque declaró a través de sus sociedades locales una parte muy minoritaria de la misma por su estructura fiscal.

Caída de contrataciones

Entre los representantes sindicales de los diferentes centros han detectado un menor número de contrataciones de cara a la fuerte campaña navideña, respecto a otros años mucho más activos. “Han reforzado pero lejos de los niveles vistos, al menos, en los últimos cinco años”, aseguran fuentes de estas organizaciones a La Información. A principios del mes de octubre, la compañía anunció que a nivel global congelaba todas las contrataciones en el área de ventas minoristas. Sigue habiendo ofertas abiertas debido, entre otras cosas, a la alta rotación.

En la web de vacantes para mozos de almacén en sus centros en España, la compañía sólo contempla vacantes -gestionadas directamente o con sus dos empresas de trabajo temporal de cabecera, Randstad y Adecco- en cuatro de los dieciséis centros disponibles y que gestionarían de manera directa. Randstad sólo ofrece ofertas para Dos Hermanas (Sevilla) e Illescas (Toledo). Adecco tenía abiertas a finales de la pasada semana apenas una quincena de ofertas en nueve centros.

Hay preocupación entre los sindicatos en torno al futuro de centros logísticos más señalados internamente por sus costes. Es el caso de San Fernando de Henares, el primero que se abrió en España y en el que durante los últimos años ha habido una pugna por la aprobación del convenio colectivo. Debido a su menor tecnificación -desde su inauguración se han abierto otros similares en tamaño pero con un nivel de robotización muy superior-, los costes son sensiblemente superiores a otros espacios. Por ahora la compañía no ha optado por grandes cierres de almacenes -salvo alguna reubicación-, aunque no se descartan que eso suceda en los próximos meses.

Preocupación sindical

Esa preocupación también se da por un posible endurecimiento de las condiciones de trabajo. El propio responsable financiero global hablaba ante los analistas la semana pasada de una cifra: 1.000 millones de dólares sólo en un trimestre de ahorros de costes en operaciones y en “mejoras de la productividad” en la red logística y de transporte. “Es una mejora sólida pero no tanto como habíamos planeado”, advertía. Las mismas fuentes sindicales apuntan que ya se está dando en algunos centros algo que “no había ocurrido jamás”. “En el primer día de baja -tienes tres días de margen- sin haber presentado el parte ya está mandando una carta de sanción de un día de empleo y sueldo”, apostillan.

En esa reducción del tamaño del área logística para adaptarse a una potencial reducción de ventas en los próximos trimestres, Amazon tiene una 'ventaja' por su estructura laboral dual en el mercado español: cuenta con una parte relevante de las plantillas de los centros contratados a través de empresas de trabajo temporal (ETT). Según sus propias cifras, en el año 2021 se superaron los 18.000 en plantilla. Otros miles lo están a través de ETTs. Se desconoce la cifra total, porque no se hace pública. Pero ya ha tenido algún ‘affaire’ con la Inspección de Trabajo, como el último sucedido en Cataluña, donde se le sancionó por subcontratar a más de 550 empleados con 3,2 millones de euros.