Objetivo: reducir números rojos

EVO Banco se enfoca en activar líneas de eficiencia para tocar el equilibrio pronto

La entidad digital de Bankinter 'levanta la barbilla' tras capturar una masa crítica de clientes. Ahora apostará fuerte por la tecnología y por rentabilizar su negocio asumiendo pérdidas mientras tanto. 

Evo Banco entra en beneficio en el primer trimestre tras dos años de transformación
Evo Banco se enfoca en activar líneas de eficiencia para tocar el equilibrio pronto
EUROPA PRESS

EVO Banco tiene claro que está en el camino correcto para dejar de ser la cuenta pendiente de Bankinter. El banco 100% online adquirido por el grupo que dirige María Dolores Dancausa no consigue aportar a la cuenta de resultados global otra cosa que no sean números rojos, si bien el resto de métricas vinculadas a su actividad constatan fuertes crecimientos. El ariete digital del grupo naranja ha pasado de fase y ahora pone su foco en 'despertar' a los clientes para poder entrar en 'break even' o punto de equilibrio pronto y ya bien entrado 2023 empezar a reportar ganancias.

La nueva estrategia debería llevarles a resultados positivos a partir de 2023, según sus cálculos internos. Mientras tanto, asumen unos resultados negativos que son conocidos y esperados, según aseguran fuentes del grupo a La Información. A cierre de ejercicio reportó un agujero superior a los 23,7 millones de euros y redujo las reservas en un 54%. Tanto Bankinter como los gestores de la entidad online, al mando de Eduardo Ozaita, tienen claro que estas pérdidas son necesarias para asegurar su plan estratégico con el que pretenden triunfar. 

Mientras tanto, el grupo Bankinter se está registrando unos activos fiscales diferidos (DTA, en la jerga) procedentes de EVO por importe de 8,03 millones de euros, de los que 3,46 millones corresponden a bases imponibles negativas. Los DTA se generan cuando se obtienen pérdidas en un ejercicio que podrán compensarse en años en los que se logren beneficios, reconociéndose por tanto un activo en el balance. Este instrumento merma la recaudación estatal, puesto que permite rebajarse impuestos futuros. 

Para llegar al punto de equilibrio y tocar por fin la rentabilidad con intención de convertirse en un titán digital, EVO busca ahora ser el banco principal de sus clientes. Ha decidido dejar atrás la estrategia de captación masiva de forma proactiva y que supone un enorme esfuerzo, tanto comercial como de marketing, tras capturar una masa crítica. Ahora quiere que se den cuenta de que no es solo una opción para servicios muy concretos. En cualquier caso, tienen claro que continuarán aumentando su base por la propia inercia natural. 

Durante 2019 y 2020, EVO logró fuertes crecimientos a un ritmo de doble dígito (+48%), pasando de 593.900 hasta los 878.000 que se apuntó en el peor de año de la pandemia, cuando el mundo digital pegó un fuerte acelerón a raíz de las medidas de contención del virus. En 2021 el aumento fue menos llamativo, si bien engrosó sus cimientos con otros 70.000 nuevos clientes, hasta situarse por encima de los 944.400. En todo caso, la entidad clasifica a sus clientes en dos tipos: financieros y de servicios. Los primeros son los más importantes. Por ello, ahora busca convertir a los segundos en un cliente más vinculado y rentable. Los clientes financieros se sitúan en 678.000, el 77% del total. 

EVO ha decidido dar una vuelta y diseñar una propuesta tecnológica y comercial muy avanzada para los clientes, quieran el servicio financiero que quieran, más allá de una cuenta o una tarjeta y por complejo que sea. De este modo, tiene todo su esmero en ensanchar la tubería y completar la transformación de sus productos de ahorro convencionales en unos muy competitivos en áreas como consumo, inversión fuera de balance o hipotecas, de modo que los clientes elijan contratar una préstamo para comprar su vivienda con ellos, invertir en su roboadvisor o en su bróker. 

Los últimos datos disponibles y recogidos en su anuario financiero muestran que la inversión crediticia de EVO repuntó hasta los 1.860 millones de euros, frente a los 1.224 millones de 2020. Por su parte, el volumen de nuevas hipotecas contratadas en el año se duplicó hasta colocarse en 729 millones de euros, que compara con los 395 millones de un año atrás. Su balance (activo más pasivo) no deja de inflarse y ya asciende a 10.173 millones de euros y su valor teórico contable supera los 204 millones, por encima del precio que pagó Bankinter por adquirir este negocio. 

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