París, 15 nov.- El Instituto de Radioprotección y de Seguridad Nuclear (IRSN) de Francia informó hoy de que se han encontrado rastros de yodo 131 en el aire atribuibles a residuos radiactivos procedentes de otro país no identificado.
El organismo adelantó que los primeros resultados apuntan a niveles de concentración "próximos a los límites de detección de las herramientas de medición", y aunque su presencia "no es habitual a esa escala en el territorio nacional", explica que no supone "ningún riesgo para la salud de la población".
Se desconocen todavía el origen y la fecha a la que se remontan esos rastros, según el IRSN, pero "diversas consideraciones" permiten descartar que provengan de la central japonesa de Fukushima, porque "el yodo 131 expulsado en marzo en ese accidente prácticamente ha desaparecido, incluido en los reactores".
El instituto añadió que "aunque las concentraciones registradas en Francia son unas 100 veces más débiles que las observadas tras el accidente, habría sido necesaria una expulsión mayor en Japón para alcanzar tal nivel, lo que habría conducido a detecciones más precoces y a niveles más importantes" en ese país.
El INRS, según su nota, está intentando localizar en la actualidad la procedencia de la masa de aire que transportó el yodo detectado, y ante los resultados actuales, prevé mantener una vigilancia "específica y activa".
Los primeros análisis de ese organismo se produjeron después de que el pasado viernes el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informara del hallazgo de rastros de yodo 131 en diversos países del centro de Europa.
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