El mayor terrateniente de EEUU

John Malone, el 'cowboy del cable' que se codea con Bill Gates y corteja a Telefónica

John Malone, el 'Cowboy del cable' que se codea con Bill Gates y corteja a Telefónica. / EFE
John Malone, el 'Cowboy del cable' que se codea con Bill Gates y corteja a Telefónica. / EFE

Es difícil encontrar a un ejecutivo que puede marcar la diferencia y convertir una compañía en un semental como John Malone. El también conocido como el "Cowboy del Cable" es una especie rara en el mundo corporativo estadounidense. El presidente ejecutivo de Liberty Media lleva décadas en el juego. Adora las operaciones complejas y tiene una manera muy peculiar de estructurar los activos que controla. Ahora explora con Telefónica combinar sus operaciones en Reino Unido.

Para situar al empresario estadounidense pueden ayudar dos detalles. Malone es el patrón de la Fórmula Uno. Adquirió la compañía que gestiona el campeonato más prestigioso del motor hace cuatro años, tras desembolsar 4.400 millones de dólares. La operación se realizó a través de Liberty Media, que también es dueña del equipo de béisbol Atlanta Braves. El ejecutivo es, además, el mayor terrateniente en los Estados Unidos, con propiedades en Colorado, Nebraska, Wyoming, Maine, New Hampshire, Maryland y Nueva México.

Aunque es un desconocido para el común de los inversores, John Malone está en el panteón de los grandes titanes corporativos junto al de figuras tan visionarias como Henry Ford, Bill Gates o Steve Jobs. Es uno de los empresarios que ayudó a construir la industria del cable en EEUU y que rompió el terreno del vasto mercado por el que se distribuye el contenido audiovisual. Optó en paralelo por buscar oportunidades en el extranjero mientras rivales como Comcast se concentraban en reforzar su dominio dentro del país.

Por explicarlo de una manera simple, Malone puso orden en un negocio que hace cinco décadas estaba completamente fragmentado. Lo hizo integrando varias compañías de redes en el conglomerado Liberty Media. Así se hizo con posiciones en corporaciones que sí son muy conocidas por el público general, como la cadena Discovery, los estudios Lionsgate o la plataforma de radio vía satélite SiriusXM. Liberty Global, de la que es presidente, está presente en varios países europeos. También tiene una filial para América latina.

Ahora discute combinar el negocio de telefonía celular O2 de la española Telefónica con Virgin Media. Liberty Global se lanzó a la compra del operador de cable británico hace siete años para plantar cara a Rupert Murdoch en uno de sus grandes feudos. La operación para hacerse con el control de la que era entonces la segunda mayor plataforma de televisión de pago en Reino Unido por detrás de BskyB de News Corp se valoró en 23.300 millones de dólares. Netflix empezaba a irrumpir en el mercado audiovisual.

La fortuna personal de John Malone, de 79 años de edad, se estima en unos 7.400 millones de dólares. Ocupa el puesto 218 en el ranking de multimillonarios de 'Bloomberg'. Los terrenos que tiene en propiedad equivalen al territorio de los estados de Delaware y Rhode Island. También tiene propiedades en Irlanda, Sudamérica y las islas Bahamas. Es, además, de los ejecutivos que reconoce la contribución que hicieron a la industria audiovisual competidores tan feroces como Jeff Bezos (Amazon), Reed Hastings (Netflix) o el propio Rupert Murdoch.

Antes de convertirse en una de las grandes fortunas de EEUU, el magnate estudió ingeniería y economía en la Universidad de Yale. Tiene un doctorado por la Johns Hopkins. Trabajó para Bell Labs y la consultora McKinsey. Su destino cambió en General Instrument, donde conoció al dueño de una compañía de televisión por cable en Denver que atravesaba por serias dificultades financieras.

Con solo 29 años de edad, fue nombrado consejero delgado de TeleCommunications Inc. Eso fue en 1973. La compañía salió adelante y la acabó vendiendo al conglomerado AT&T por 48.500 millones de dólares de 1999. La filial Liberty Media se separaría dos años. Malone decidió entonces ir por libre y remontar el golpe que asestó a la industria el estallido de la burbuja tecnológica. Utilizó así su fortuna personal, muy mermada, para hacerse con participaciones en compañías como AOL, News Corp y algunas firmas europeas.

Malone es conocido por tener un sentido especial de la oportunidad y por irritar especialmente a los reguladores de la competencia. Es lo que hizo con Time Warner Cable pocos meses después de que Comcast se viera forzada a renunciar a su adquisición. Adquirió el operador de cable a través de Charter Communications en una operación de 55.000 millones de dólares. Así cimentó su posición como uno de los actores dominantes también en el negocio de acceso a la banda ancha.

A diferencia de Comcast gracias a NBC Universal, el negocio de Liberty Media no está en el juego del contenido. La visión de Malone, sin embargo, evoluciona con los cambios masivos que se observan en la industria de medios por la irrupción de las nuevas tecnologías. Eso le preserva como una de los actores más influyentes pese a representar a la viaje industria de medio de la que fue padre fundador. La compra de la Formula Uno encaja con esa estrategia de adaptación.

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