No falla. El precio de los carburantes siempre sube cuando nos vamos de puente y los fines de semana, y baja, significativamente, los lunes. De hecho llenar el depósito para la primera operación salida de vacaciones del verano 2018 costará de media 8 euros más que en 2017 si se trata de un coche de gasolina, y 10 euros más si es gasóleo, con los carburantes más caros de los últimos tres años para esta semana de junio, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).
¿Casualidad? Es una de las preguntas que siempre se han hecho los consumidores. En un producto que depende de circunstancias tan aleatorias como la producción, las circunstancias geopolíticas, la coyuntura económica... ¿Es posible que sepamos que un día a la semana seguro que va a bajar?
Lo que sí podemos saber son los planes del Gobierno que parece que tiene un objetivo: subirla. El precio del diésel en España experimentaría un ascenso del 10% y superaría al de la gasolina si el Gobierno decide equiparar la carga impositiva de ambos carburantes, medida que podría estar estudiando. Si al precio actual del litro de diésel sin impuestos, que es superior al de la gasolina, se le aplica la subida del 109%, el precio de venta al público de este carburante sería de 1,344 euros, un 10% más caro que el actual y un 2% más alto que el de la gasolina.
Esta es una realidad. Pero dos investigadores del laboratorio de bioingeniería de la Universidad CEU San Pablo han desarrollado un algoritmo que permite separar los componentes aleatorios de una serie de datos de sus elementos deterministas. Es decir, lo que se puede saber a ciencia cierta y lo que no sobre si va a ser más caro o más barato llenar el depósito a lo largo de la semana.
Abraham Otero, uno de los dos creadores del mismo, explica que para llegar a sus conclusiones han analizado el precio de la gasolina durante cinco años. Su intención fue aplicar los resultados de este algoritmo en otro tipo de realidades que también tienen un alto grado de aleatoriedad, por ejemplo, los pacientes con annea del sueño. Su idea y donde el algoritmo puede tener más recorrido es en la búsqueda de patrones.
Otero tiene claro tras su trabajo que "los precios siempre van a bajar los lunes, entre dos y cuatro céntimos de media, que es lo que marca el algoritmo". ¿Las razones? "Tiene que ser algo intencional porque el patrón es constante, igual que el de una ligera subida los fines de semana. En el caso de los lunes hay que tener en cuenta que es el día de la semana que las petroleras tienen que notificar los precios de los carburantes a la Comisión Europea.
La explicación lógica es que se bajen para ajustarlos y que parezcan más bajos. El fin de semana cuando hay más excursiones, movimiento de la familia y mucha gente echa gasolina para la semana pues suben algo. Pero no hay dudas, de aquí a dos años, los lunes los carburantes también serán más baratos".
Otero también ha usado este algoritmo junto con el profesor de Ingeniería Biomédica e Ingeniería en Sistema de Telecomunicación Constantino García "en el análisis de enfermedades cardíacas para determinar en un paciente el efecto que su estado de salud tiene en su frecuencia cardíaca" . Ahora su gran reto es buscar aplicaciones concretas al algoritmo.
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