67 millones de niños están sin escolarizar


Alrededor de 67 millones de niños (el 53% de ellos niñas) residentes en países en vías de desarrollo están todavía sin escolarizar, según evidencia un informe de la Campaña Mundial por la Educación (CME), que sostiene que para revertir esta realidad es necesario contar con "voluntad política" y con una financiación externa de 16.000 millones de euros anuales.
El informe, presentado este martes en Madrid, está elaborado desde una perspectiva de género, de forma que pone la lupa en la situación educativa de las niñas con respecto a la de los niños y concluye, en este sentido, que aunque sí se han dado pasos positivos desde el año 2000, la consecución de la igualdad entre ambos sexos sigue siendo un deseo.
Según explicó en rueda de prensa Leticia Silvela, responsable de la CME por parte de Entreculturas, si hace 11 años el porcentaje de niñas sin escolarizar con respecto a todos los menores era del 60%, en la actualidad la proporción se sitúa en el 53%.
Pese a todo, prosiguió Silvela, la situación tiene que continuar mejorando, porque las diferencias entre niños y niñas escolarizados siguen siendo importantes.
Así, por ejemplo, en un total de 47 países de los 54 existentes en África, ellas tienen un 50% menos de oportunidades que ellos de asistir a la escuela secundaria. Además, una de cada cuatro mujeres que viven en países en vías de desarrollo no sabe leer ni escribir.
En total, la CME, coalición internacional formada por ONG, sindicatos educativos, centros escolares y movimientos sociales, estima que en todo el mundo viven 750 millones de adultos "que no tienen competencias básicas de lectura".
Y si las niñas deben acceder en igualdad de condiciones que los niños a la escuela es, en virtud de este informe, porque la educación es una cuestión de desarrollo, pero antes, de derechos humanos.
"MÁS CAPACES"
El trabajo, elaborado en un total de 80 países en vías de desarrollo y denominado "Hagámoslo bien", sostiene que las mujeres que han recibido educación son más capaces de exigir sus derechos y de mantener a sus familias más sanas.
En la misma línea, concreta que una niña que completa la educación básica tiene tres veces menos de posibilidades de contraer el VIH que otra sin esta formación.
Para que el panorama mundial de la educación infantil en general y el de las niñas en particular mejore es necesario, afirma el informe, que los gobiernos entiendan que la formación es, además de una cuestión de derecho, una inversión y no un gasto.
A juicio de Alberto Casado, representante de la CME por Ayuda en Acción, "hay que vigilar tanto las políticas de los países del norte, para que cumplan con sus compromisos, como las de los estados del sur", donde hay a veces "gobiernos muy corruptos".
Igualmente, es importante, añadió Casado, que los estados diseñen presupuestos sensibles al género, es decir, capaces de vigilar las necesidades específicas de las niñas, que en el ámbito de la educación se materializan en aspectos tan básicos como que las escuelas tengan aseos preparados para ellas.
Porque, coincidieron en señalar estos representantes del CME, la mejora de la educación infantil no ha de ser sólo cuantitativa, sino también cualitativa y acercar, por ejemplo, las escuelas a los más pequeños, que deben contar también con instalaciones cómodas y adaptadas a sus necesidades.
La presentación de este trabajo estuvo moderada por Juan Luis Cano, de Gomaespuma, quien abogó por que políticos y ejecutivos de las grandes empresas deban firmar un código ético "de obligado cumplimiento" como requisito imprescindible para acceder al cargo y por que las compañías "devuelvan por ley" parte de sus beneficios a la sociedad.

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