El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el martes la violencia en la ciudad de Bangui y deploró los ataques contra la Misión de Naciones Unidas en la República Centroafricana (Minusca), durante los cuales cinco cascos azules resultaron heridos.
Cuatro civiles murieron y 14 personas fueron heridas en los hechos de violencia del lunes en la capital centroafricana, donde una asociación civil había llamado a observar una jornada de "ciudad muerta" para solicitar el retiro de la fuerza de la ONU, acusada de "pasividad" ante los grupos armados.
En un comunicado, Ban Ki-moon "saludó la determinación del gobierno para garantizar que los autores y los instigadores de esos ataques sean llevados ante la justicia".
También reconoció el compromiso de la Minusca para investigar los hechos y reafirmó que esta fuerza de mantenimiento de la paz "tomará todas las medidas necesarias (...) para proteger a los civiles y favorecer la estabilidad".
Ban se declaró "convencido de que la próxima conferencia de donantes en Bruselas el 17 de noviembre fortalecerá el apoyo de los socios internacionales a esas prioridades mayores".
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