Cervezas y brindis en México durante último debate Clinton-Trump

Cada vez que Hillary Clinton o Donald Trump decían "México", los vasos de cerveza se alzaban en el restaurante "Pinche Gringo BBQ" de la capital mexicana, donde unas 200 personas siguieron por televisión el último cara a cara de los contendientes a la Casa Blanca.

El auditorio era una mezcla de estadounidenses expatriados y mexicanos, lo que evidencia el gran interés pero también la preocupación que la elección en Estados Unidos despierta en México, sobre todo por la retórica antiinmigrante de Trump que tanto enojo ha causado.

"Lo aborrezco. No tiene ningún respeto este hombre", dice Juana Inés Abreu, una directora de museo jubilada de 77 años quien acudió acompañada de amigos.

"Lo que me preocupa es que Trump ha despertado al 'ugly America' (Estados Unidos amenazante). Es un xenófobo. Es un hombre vulgar. Es un hombre peligroso", dice Abreu.

Durante "the final pinche presidential debate", como lo promocionó el restaurante propiedad de un mexicano y estadounidense, se invitaba a la multitud a alzar sus vasos y brindar cada vez que se mencionara a México, lo que ocurrió en un puñado de ocasiones.

Y por las expresiones, es evidente que la exsecretaria de Estado demócrata tiene muchos más seguidores en el "Pinche Gringo" que el magnate republicano de Nueva York.

Durante la discusión sobre migración, no faltó quien se riera cuando Trump dijo en español "hombres" en una de sus intervenciones en la que que hablaba de inmigrantes "malos" a los que "echaremos" de Estados Unidos.

Pero Aline Salazar, una estratega en comunicaciones y redes sociales, no vio nada humorístico en las palabras del magnate en el debate del miércoles en la noche.

"Volvemos al mismo punto de intolerancia y de poca apertura a las minorías", comentó.

Hubo abucheos cuando Trump tachó a Clinton de mentirosa, pero las copas se alzaron al escucharse la palabra clave cuando el republicano se quejó de que los trabajos de los estadounidenses se están trasladando a "México".

Para Clinton hubo aplausos cuando dijo que los inmigrantes ilegales pagan más impuestos que Trump, quien ha admitido que no los ha pagado en casi dos décadas.

El estadounidense Dan Defossey, el copropietario de "Pinche Gringo", que ofrece platos como costillas a la barbacoa o macarrón con queso, estima que los asistentes eran mitad de Estados Unidos y mitad de México.

"Esta elección es importante no sólo para Estados Unidos, también es vital para México", comenta Defossey al recordar que el peso mexicano se depreciaba cuando Trump avanzaba en las encuestas. "Los mexicanos están tan interesados como nosotros", explica.

Jorge Mondragón, un diseñador gráfico de 32 años, tomó cerveza durante el debate, lo que al final lo inspiró a dibujar una cara triste con el mensaje en inglés: "Don't let that bastard be president" (no dejen que este bastardo sea presidente).

Pero muchos mexicanos también están molestos con su propio presidente Enrique Peña Nieto porque recibió a Trump en Ciudad de México en agosto pasado y no lo condenó con la suficiente fuerza durante una conferencia de prensa conjunta.

Jose Manuel Ruiz, un abogado de 25 años que porta una casaca con la leyenda "Hillary for president" (Hillary para presidenta), señala que para los mexicanos como él es importante ver el debate porque "tenemos muchos vínculos con Estados Unidos" gracias a la inmigración y los lazos económicos.

Ruiz, a quien le interesaba la discusión acerca de la nominación para la Corte Suprema, tiene una sombría opinión acerca del muro fronterizo ideado por Trump.

"Lo que pasa con el muro es que es una idea tonta. Es una idea imposible de realizar", dice al subrayar que la frontera es inmensa y el proyecto sería muy costoso.

Pero Clinton no es la primera opción para Ruiz, quien hubiera preferido que el senador Bernie Sanders fuera el candidato demócrata.

Pero comparada con Trump, "la menos peor es Hillary Clinton", indica.

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