La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, considera como hechos probados que, sobre las 12.30 horas del día 8 de febrero de 2010, la víctima, de 31 años de edad, acudió a un centro de salud de Albacete, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), porque tenía cita con su médico de cabecera.
La joven le explicó al doctor, acusado en la causa y sin antecedentes penales, que el motivo de su visita era que tenía dolor de oídos, por lo que el acusado procedió a examinarle los oídos y la garganta.
A continuación, le pidió que se tumbara en la camilla y se subiera la camiseta, lo que hizo la joven hizo para que el médico le auscultara por la espalda, mientras le dijo "déjame, yo te levanto la camiseta".
Entonces, le auscultó también el pecho, levantándole el sujetador, dejando al descubierto su pecho izquierdo, lo que le hizo ponerse muy nerviosa porque el acusado se quedó mirando su pecho descubierto.
Fue a continuación cuando el acusado se sentó junto a la joven, le levantó la camiseta y comenzó a acariciarle la barriga, al tiempo que le preguntaba "¿pero qué te pasa, cuéntame?" y, ante esta situación, la paciente empezó a sentirse mal y rompió a llorar.
El acusado se acercó a ella, susurrándole al oído, llegando, con ánimo de atentar contra su libertad e indemnidad sexual, a darle un beso en los labios, pero la joven se apartó inmediatamente y se levantó de la camilla.
En ese momento, el acusado le dijo "venga, ven que te dé un abrazo, estás mal, necesitas otra vez medicación, ven esta tarde a mi consulta, en mi casa, que vamos a estar los dos solos", a lo que la joven se negó, diciéndole que no iba a ir a su casa y abandonó la consulta.
El acusado era el médico de cabecera de la víctima y la había tratado hacía años por ansiedad.
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