Francisco García Jiménez, guardia civil, de 42 años, estaba obsesionado con su compañera. Había pagado por conjuros de amor y recabado gran cantidad de imágenes e información sobre su compañera. En su obsesión llegó incluso a coger las llaves del domicilio de su compañera, depositadas en la casa-cuartel, y aprovechaba cuando ella llevaba a su hijo al colegio para colarse en la vivienda, robar la ropa interior y manipular la comida que encontraba en la vivienda.
Fue descubierto cuando la mujer colocó una cámara de seguridad en su domicilio al detectar que algo raro ocurría durante su ausencia. Su sorpresa fue mayúscula cuando en las imágenes vio a su superior recorriendo su dormitorio y su cocina.
Denunció los hechos y cuando los agentes registraron la taquilla del acusado encontraron un disco duro con información e imágenes privadas de su compañera, conjuros de amor, la ropa interior y matarratas.
El juzgado ha enviado al agente a prisión inicialmente por un delito de allanamiento de morada, al que se podría llegar a añadir uno de intento de homicidio en función de lo que determine el análisis del líquido que utilizaba.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios