DESMANTELADA UNA RED DEDICADA A LA IMPORTACIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE SUSTANCIAS DOPANTES

La Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal internacional dedicada a la importación y comercialización de medicamentos, anabolizantes y sustancias prohibidas en el deporte a la que se le acusa de la comisión de delitos contra la salud pública y de blanqueo de capitales.
Según informó el Instituto Armado, la ‘Operación Vitra’ se ha desarrollado en cuatro fases con el resultado de 41 personas detenidas y otras tres investigadas en Baleares, Madrid, Toledo, Barcelona, Tarragona, Almería, Málaga, Canarias y Huelva.
Entre los detenidos se encuentran algunos deportistas de élite relacionados con el fisicoculturismo y con numerosos títulos nacionales e internacionales.
También se han efectuado 45 registros en viviendas, locales comerciales y gimnasios en los que se han intervenido 180.000 euros en metálico y grandes cantidades de medicamentos prohibidos y sustancias diversas, la mayoría de ellas relacionadas con el dopaje deportivo: esteroides, anabolizantes, hormonas, principios activos, excipientes, etc.
Las investigaciones comenzaron a comienzos de este año después de que se detectara un centro deportivo en Baleares desde el que se estarían dispensando este tipo de sustancias sin ningún tipo de control sanitario ni terapéutico.
Tras identificarse al responsable de esta actividad, se comprobó que mantenía una red de contactos con otras estructuras criminales y que importaba la mayor parte de las sustancias desde Portugal.
Los investigadores fueron identificando varias células de la organización distribuidas por diversas provincias españolas dedicadas a la comercialización ilegal de este tipo de productos. A su vez estas subestructuras, dependientes de la organización criminal principal, poseían otras vías de suministro internacional para el abastecimiento de las sustancias.
Estas sustancias eran importadas a España desde Portugal, Grecia, Letonia, Polonia, Hungría, Bulgaria y Estados Unidos, empleando empresas de paquetería para su posterior distribución a los consumidores finales.
Los investigados utilizaban identidades falsas, así como estructuras comerciales para mayor seguridad en los envíos. En ocasiones contaban también con la complicidad delictiva de empleados de las empresas de transporte.
Para realizar estos envíos, los investigados adoptaban importantes medidas de seguridad, llegando a emplear “pisos francos” en los que se recibían y almacenaban de los productos medicamentosos.
Durante los años 2016 y 2017, la red habría realizado más de 4.400 envíos de paquetería con un peso global aproximado de 3,1 toneladas, lo que supone una frenética actividad delictiva, en la que podrían haber ingresado alrededor de 2 millones de euros.
El ‘modus operandi’ empleado para el pago a proveedores ubicados en el extranjero, era el envío de dinero oculto en el interior de diverso material que, a su vez, se remitía en paquetería postal, como fue el caso, entre otros, de un envío intervenido de 80.000 euros ocultos en cartuchos de impresora que iban destinados a Grecia.

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