EL IMPULSO DE LA ACCIÓN EXTERIOR PERMITIÓ A ESPAÑA “MANTENER EL RUMBO EN TIEMPOS TURBULENTOS”

- Según un informe que hoy presenta el ministro García-Margallo. El impulso de la acción exterior española a través del desarrollo de un nuevo marco normativo y conceptual y la presencia de España como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas permitió a la política exterior del país “mantener el rumbo en tiempos turbulentos” en las relaciones internacionales.
Así consta en el ‘Informe Anual de Aplicación de la Estrategia de Acción Exterior 2015’, que hoy presentará el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, en la sede de su Ministerio.
En este informe se pone de manifiesto que la aprobación de la Ley de Acción y del Servicio Exterior, la Estrategia de Acción Exterior, la Ley de Tratados y la Ley de Inmunidades, así como el Reglamento de la Carrera Diplomática, posibilitaron que España se moviera con mayor desenvoltura en el marco de las relaciones diplomáticas.
Esta es la primera ocasión en la que el Gobierno español evalúa su acción exterior a partir de una serie de directrices encaminadas a ello.
El texto pone de manifiesto que durante 2015 la política exterior española tuvo dos “claros objetivos”: por un lado, “afirmar y reforzar” la posición de España como “potencia media de vocación global”, y por otro lado, “favorecer y sostener” un contexto internacional “más pacífico, seguro y próspero”, comenzando por la “inmediata vecindad meridional y oriental".
DESAFÍOS
Según el informe, la política exterior española se enfrentó durante el año pasado a distintos desafíos. En el marco europeo abordó junto con sus socios comunitarios la crisis de los refugiados y el “drama” de la migración irregular, así como la “superación” de la crisis griega y el azote del terrorismo yihadista.
En el campo de la política exterior y de seguridad común de la UE, España, según el texto, contribuyó particularmente a la consecución del acuerdo en materia nuclear con Irán, como lo demuestra el hecho de haber sido elegido facilitador en el dossier nuclear en el marco de la resolución 2231 de Naciones Unidas.
El informe explica que España ha jugado un papel destacado en el Mediterráneo para tratar la situación actual en Libia, Siria, el proceso de paz de Oriente Medio o el Sahel.
Agrega que aprovechando su presencia como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, España logró que la voz de las víctimas del terrorismo fuese escuchada en este marco, consiguió la presidencia de tres comités relacionados con la no proliferación de armas de destrucción masiva, tuvo un rol activo en el dossier humanitario en Siria y Afganistán y se involucró en la firma del acuerdo de París en materia de lucha contra el cambio climático.
“ASIGNATURA PENDIENTE”
Durante 2015 España mantuvo además una “especial atención” a sus áreas prioritarias: América Latina (proceso de paz en Colombia), EEUU (firma del tercer Protocolo de Enmienda del Convenio Bilateral de Cooperación para la Defensa de 1988), África, Asia y el Pacífico.
El informe también plantea la puesta en marcha de mecanismos encaminados a mejorar la protección de los españoles en el exterior, como la iniciativa ‘España contigo’, la mejora de la Marca España a través de la proyección a la cultura promovida desde el Instituto Cervantes y la diplomacia económica.
El texto también evidencia aquellos aspectos en los que se podría mejorar la acción exterior del Estado. Entre ellos, resalta la cooperación al desarrollo, que vio reducida “de forma drástica” sus fondos durante la última legislatura “debido a la difícil situación económica que ha vivido España”.
Por último, el informe señala que otra “asignatura pendiente” es la “reevaluación del despliegue” de las embajadas, así como las “dificultades técnicas” que entraña el voto rogado, como quedó de manifiesto durante las elecciones de 2015.

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