España, un país muy difícil

    • En este país ya no cabe un espía más, y el mercado de conversaciones grabadas está cada día más en alza

    • De lo que si debe privarse una Reina, es de calificar la calidad periodística de una publicación.

La reina Letizia comprometida un año más con la visibilidad de las enfermedades raras
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CHANCE
José Luis Roig

La historia es conocida. Crees que nadie te mira y te sientes libre de meterte el dedo en la nariz y de escribir sin tapujos tus sentimientos en un móvil que tu usas pero no controlas plenamente. Hoy, con tanta tecnología, la intimidad se ha convertido en una quimera marinera. Como dice mi hacker, si no quieres que una cosa se sepa, ni la pienses. Pero si además eres la esposa del Jefe del Estado de una monarquía parlamentaria, tus opiniones, incluidas las íntimas, serán vigiladas y aprovechadas. A los poderosos se les vigila más por dos motivos: para librarles de los enemigos, y para protegerlos de sí mismos.

Es cierto, un mensaje personal es un mensaje privado, pero una Reina nunca está privada del riesgo de que sus opiniones particulares trasciendan. Ni tampoco debe ella privarse de ser prudente y elegante, incluso en los mensajes con los amigos del yoga, los “compi yogui” de su pandi. De lo que si puede y debe privarse una Reina, es de calificar la calidad periodística de una publicación. El mensaje de doña Letizia a López Madrid huele mal, entre otras cosas porque abusa de lo excrementoso. Seguro que la Reina de España tomará buena nota de este grave desliz y en sus futuros mensajes hablará de manera más contenida y, sobre todo, exigirá/elegirá a sus amistades lejos del mundo de los batracios, para que no le salgan tan ranas.

Sin embargo, el tono empleado por el Rey en otro mensaje al mismo destinatario es bien distinto. Se nota que ha sido educado para la discreción y para la precaución tecnológica: “Prefiero tener un rato para charlar sin intermediación electrónica ni telefónica”. Su alteza conoce el paño y los graves peligros de estos tiempos modernos. Si has nacido para martillo del cielo te caen los clavos; y si has nacido para rey, toda cautela te viene bien. Ya lo decían los clásicos, si no puedes ser casto, se cauto.

Pero lo que más me llama la atención en esta pillada real infraganti, no es sólo que en este país ya no cabe un espía más, ni que el mercado de conversaciones grabadas está cada día más en alza, sino la respuesta que da don Felipe al comentario de López Madrid: “vivimos en un país muy difícil (…)”. Antes de dar paso a la respuesta, permítanme unas exclamaciones de desahogo: No te fastidia. Si este país es difícil para el compi yogui, que tiene oficio y beneficio hasta decir basta, cómo será para los mortales de palo y tentetieso. Dicho esto, vayamos al Rey, que fue escueto pero elocuente: ”Y tanto!”. A algunos les ha parecido inadecuada la contestación del monarca, a mí me parece que es lo menos que se puede decir de esta nación. España, sin duda alguna, es uno de los países donde mejor se vive del mundo, pero también es, sin duda alguna, una nación complicada en todos los sentidos.

Es una nación difícil de gobernar, a las pruebas me remito, llevamos meses sin Ejecutivo y no parece que el problema tenga fácil solución. Es una nación difícil de contentar. Si triunfas o tienes éxito, prepárate porque pronto te caerán bofetadas por todas partes. En España, si saltas más alto que los otros, los otros no intentarán emularte, simplemente te cortarán las piernas para que no les dejes en evidencia. Es una nación difícil para el respeto a las opiniones del otro. Aquí no se intenta convencer, aquí siempre se intenta vencer. Es una nación difícil para reconocer lo mucho y lo bueno que entre todos se ha hecho en el pasado. Es una nación difícil para creer en sí misma, salvo que se lo diga un extranjero. Es una nación difícil para apreciar su valiosa diversidad y riqueza, y para unirse con el objetivo de prosperar juntos.

Si sentáramos a España en el diván del psiquiatra el diagnóstico sería claro: nación con tendencias anarco-masoquistas, que no necesita enemigos porque ella sola se complica muy bien la vida. Ejemplo: superada la lacra del terrorismo etarra, van y florecen los independentismos. Este rasgo distintivo nos viene de lejos. Basta recordar la frase de Otto Von Bismarck: “Estoy convencido de que España es la nación más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse y todavía no lo ha conseguido". Ah, y esto lo dice un extranjero, ergo será verdad.

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