España, el país en el que los políticos apuestan (y sacan pecho) por saltarse la ley

El Parlament de Cataluña ha decidido lanzar un órdago al Tribunal Constitucional. Con los votos de los diputados de Junts pel Sí y la CUP han modificado el orden del pleno para votar las conclusiones del proceso constituyente. Este desafía tiene consecuencias inciertas, ya que nunca había producido un intento tan nítido de desobediencia.

Forcadell, por su parte, ha respondido que "el pleno es soberano" (cuestión rebatida por la oposición, que ha preguntado en qué parte del reglamento se encuentra esa frase) y que se está cumpliendo "escrupulosamente" el reglamento.

Pero si finalmente se incumple lo que el TC exigió al Parlament, para evitar la desconexión, podrían producirse tanto sanciones económicas como suspensiones entre los responsables de este incumplimiento. Pero no este no es el primer órdago del Parlament ni de otros políticos, que han declarado que si la ley no es de su agrado se la saltarán."Si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen"

Ada Colau ha sido una de las figuras públicas que más claro ha dejado su oposición ha ciertas leyes que considera injustas. Días después de ser elegida alcaldesa de Barcelona declaró que "Si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen", en una entrevista para El País. El objetivo era "relegitimar" las instituciones.

Unos meses después cambió su discurso y llegó a afirmar que "nunca he llamado a desobedecer las leyes porque sí", en una entrevista en La Sexta. Eso sí, justificaba esquivar la normativa con tal de logarr un beneficio para los derechos humanos. Subrayó sus años en la PAH como ejemplo de desobediencia plausible.La CUP, a favor de incumplir la leyes

Desde Cataluña han sido varios los representantes que han confesado públicamente que las leyes con las que no congenian serán desobedecidas. En especial la CUP ha afirmado en reiteradas ocasiones que desobedecerá las leyes españolas con el fin de alcanzar la independencia.

Hace unos meses publicó un documento en el que llamaba a la "desobedencia" de las voces injustas. Entre las figuras que firmaron el documento se encontraba El diputado de JxSí, Lluís Llach, entre muchos otros. El fin último de este documento era mostrarse en contra de las decisiones del Tribunal Constitucional respecto a la idea de una salida unilateral.

Antonio Baños, que encabezó la lista de la CUP en las últimas elecciones catalanas, llegó a afirmar "estos resultados tienen que tener consecuencias políticas, a partir de mañana la legalidad española debe ser desobedecida".

Una opinión contraria a la de Carles Puigdemont, president de la Generalitat, que ha negado que él esté a favor de saltarse la ley. "Yo hablo siempre de obediencia. De ir de la ley a ley", aseveró hace unos meses. Motivo por el que los presupuestos no se aprobaron ilegalmente, como quería la CUP.

Respecto a los presupuestos, la organización anticapitalista pedía "desobediencia clara y frontal a las imposiciones del Estado". Motivo por el que Puigdemont acabó convocando una cuestión de confianza el 28 de septiembre. Este discurso no parece encajar con lo votado ayer en el Parlament.

Caso similar es el de Francesc Homs, portavoz de CDC en el Congreso, que reprochó a la CUP "el tono de macho alfa de decir 'sin miedo', 'desobediencia'... este no es el lenguaje de nuestro país. Con estas actitudes y con este tono la CUP esta rompiendo la sonrisa del independentismo".

Sin embargo, Homs es investigado por el Tribunal Supremo con motivo de la consulta del 9-N de 2014. Los motivos fueron desobediencia, prevaricación y malversación. El motivo sería informe que envió, supuestamente, a una empresa para contratar sus servicios el 9-N, diciendo que no vulneraba la suspensión del TC.

En el polo opuesto de Ada Colau o el independentismo catalán -y fuera del mundo de la política- el polémico cardenal Cañizares también instó a sus fieles a desobedecer las leyes que consideraba injustas, en este caso las de igualdad de género. Concretamente, pidió a sus prosélitos que desobedezcan las leyes que consideran injustas basadas en "la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia, que es la ideología de género".