"Ahora mismo carecemos de la solidaridad internacional necesaria para que esta gente viva en condiciones humanas", ha lamentado Guterres durante una visita al campo de refugiados de Hassan Sham, uno de los múltiples centros de acogida establecidos en el perímetro de Mosul, de donde han huido ya 355.000 civiles desde el pasado mes de octubre y donde todavía quedan 400.000 atrapados en el sector oeste, el último reducto islamista en la ciudad que una vez fue su bastión en Irak.
El secretario general ha indicado que "a pesar del enorme esfuerzo del Gobierno regional del Kurdistán, de las ONG y de las agencias de la ONU, siguen sin existir los recursos necesarios para ayudar a esta gente".
Guterres estimó que, hasta ahora, el programa de Naciones Unidas dedicado a la asistencia de la población civil solo ha recibido el 8 por ciento del dinero solicitado.
"Estamos en un momento en el que la gente de Mosul necesita de la solidaridad de la comunidad internacional y no podemos negársela, como no podemos negársela a los soldados que están luchando por su seguridad", ha declarado Guterres.
El secretario general ha pedido además que la colaboración internacional no solo se limite a la atención inmediata de los exiliados, sino que se prolongue más allá de la hipotética liberación de Mosul.
"Tenemos que crear las condiciones necesarias para una reconciliación, tanto a nivel comunitario como nacional, tan pronto" como Estado Islámico sea expulsado de la ciudad, ha aseverado Guterres.
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