Kerry en visita sorpresa en Bagdad para apoyar a Irak contra el EI

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se encuentra este viernes en Bagdad para apoyar a Irak en su lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), en un momento difícil para el gobierno iraquí.

En esta visita no anunciada, Kerry, procedente de Bahréin, se reunirá con el primer ministro Haider al Abadi, su homólogo Ibrahim al Jaafari y el presidente de la región autónoma kurda Nechirvan Barzani.

En sus encuentros "insistirá en [su] sólido apoyo al gobierno iraquí ahora que afronta desafíos económicos, políticos y en temas de seguridad", declaró el portavoz de la diplomacia norteamericana, John Kirby.

"También hablará de la continuación del apoyo de la coalición a los esfuerzos de Irak contra Dáesh", el Estado Islámico según su acrónimo en árabe, añadió Kirby.

Kerry no había viajado a Bagdad desde septiembre de 2014, cuando se puso en marcha la coalición internacional bajo mando norteamericano contra el EI en Irak y Siria.

El martes, el presidente estadounidense Barack Obama reafirmó que "destruir" al grupo yihadista sigue siendo su "prioridad número uno", y destacó que los islamistas radicales estaban perdiendo terreno en Irak como en la vecina Siria.

La coalición internacional liderada por Washington bombardea a los yihadistas por aire desde hace un año y medio, tanto en Irak como en Siria, con un total de 11.000 ataques. En este último país, el EI también se está viendo atacado por el ejército sirio y por su aliado ruso.

En el caso de Irak, el Pentágono presentará "en las próximas semanas" sus propuestas al presidente Obama para reforzar el apoyo militar estadounidense a las fuerzas iraquíes, indicó a fines de marzo el jefe de Estado Mayor, el general Joe Dunford.

El Pentágono ha desplegado oficialmente a 3.870 soldados en Irak, aunque según informaciones de prensa es mucho mayor y ronda los 5.000.

El EI se apoderó en 2014 de extensos territorios al norte y el oeste de Bagdad, aunque en los últimos meses las fuerzas gubernamentales han recuperado terreno, en particular en la provincia occidental de Al Anbar, con el apoyo de la coalición.

El portavoz de esta coalición en Bagdad reconoció el jueves que está más preparada para arrebatarles a los yihadistas la ciudad de Mosul, la segunda mayor de Irak, que Raqa, la "capital" del califato proclamado por la organización.

En cualquier caso, para recuperar Mosul "hará falta un período de planificación y de coordinación muy minuciosa con los iraquíes", advirtió un diplomático del Departamento de Estado.

A nivel interior, el primer ministro Abadi afronta varios desafíos. Actualmente trata de remodelar el gobierno e incluir a tecnócratas para luchar más eficazmente contra la corrupción y mejorar los servicios públicos.

A fines de marzo, Abadi presentó al Parlamento una propuesta de nuevo gobierno, una medida con la que esperaba calmar las tensiones políticas en el país.

El influyente clérigo chiita Moqtada Sadr, que logró concesiones en una de sus reivindicaciones, llamó así a sus partidarios a poner fin a dos semanas de protesta en pleno centro de Bagdad.

El año pasado, el gobierno de Abadi había anunciado una serie de reformas contra la corrupción, que en su mayoría se han quedado en papel mojado.

Irak, de donde Estados Unidos se retiró militarmente en diciembre de 2011 después de una década de guerra, posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo.

Sin embargo, el país se expone a una situación de insolvencia por la caída persistente de los precios del crudo y por años de corrupción y mala gestión.

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