Lavado de activos y narcotráfico, incómodos invitados en la presidencial de Perú

Las investigaciones por presunto lavado de activos a un estrecho colaborador de la candidata presidencial Keiko Fujimori enturbian los últimos días de campaña de la favorita para gobernar Perú.

La noticia de que la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, investiga a Joaquín Ramírez, secretario general de Fuerza Popular, partido de Keiko, no ha podido caer en peor momento para la candidata que el próximo 5 de junio se medirá en balotaje presidencial contra Pedro Pablo Kuczynski.

Un informante de la DEA asegura que Ramírez le confesó que Fujimori le entregó 15 millones de dólares para "lavar" para la campaña de 2011, según una reciente denuncia periodística.

Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), hoy preso por crímenes de corrupción y lesa humanidad, ha rechazado de plano la acusación y denuncia una guerra sucia para desprestigiar su candidatura. La DEA ha negado estar investigando a Keiko y el fujimorismo asegura que tampoco hay nada contra Ramírez.

El estrecho colaborador de la primera mujer que podría convertirse en presidenta del país, ha pasado de ser un simple cobrador de bus a próspero empresario con propiedades en Estados Unidos. Además es uno de los financistas de la campaña de Fujimori.

"Lo que pasa es que soy un cholo (campesino) con plata. Para algunos, los cholos con plata solo pueden ser narcotraficantes o corruptos", dijo en conferencia de prensa donde rechazó los cargos.

En Perú, 19 empresas de Ramírez están siendo investigadas por desbalance patrimonial, recuerda la legisladora Rosa Mavila, presidenta de la comisión parlamentaria de 'narcopolítica'. "Existe una denuncia de la procuraduría de lavado de activos, que se está procesando tanto en la fiscalía como en el Poder Judicial", dijo a la AFP el zar antidrogas peruano, Alberto Otárola, quien instó a la justicia a que defina rápidamente su situación legal.

"No podemos permitir que haya dudas sobre personas cercanas a un partido político que puede conducir el país", agregó.

Una investigación del portal Ojo Público reveló que la DEA investiga al presunto narcotraficante Miguel Arévalo Ramírez, conocido como 'Eteco' y a quien señalan como tío del legislador Joaquín Ramírez.

La procuradora antidrogas peruana Sonia Medina, reveló recientemente a la AFP que anualmente se mueven en Perú 8.500 millones de dólares procedentes del narcotráfico. "Vivimos en riesgo latente con tener autoridades subvencionadas por narcotraficantes", alertó.

Según un informe que aprobó el Congreso, existe una creciente presencia del narcotráfico en la vida política en Perú, uno de los mayores productores mundiales de hoja de coca y de cocaína.

"El riesgo del narcoestado en nuestro país no es broma. La investigación probó que algunos congresistas, que varios presidentes regionales y varias autoridades provinciales tenían signos exteriores de riqueza muy obvios. El indicio fundamental tiene que ver con desbalance patrimonial", dijo a la prensa la parlamentaria Mavila.

En el gobierno del padre de Keiko Fujimori, el autócrata Alberto Fujimori, su principal hombre de confianza y asesor Vladimiro Montesinos "cobraba cupos y extorsionaba para permitir el sobrevuelo de avionetas del narcotráfico"", recuerda la jefa antidrogas, quien asegura que "Perú estuvo muy cerca de convertirse en un narcoestado".

Mavila recuerda por su parte que cuando Keiko Fujimori fue primera dama del gobierno de su padre, ésta intercedió por la liberación de las hijas de un empresario acusado de narcotráfico, quienes, en palabras de la propia Keiko, estaban presas por una extorsión de Montesinos. En 2006, una de las hijas hizo una donación para la campaña al parlamento de Keiko Fujimori.

El propio presidente Ollanta Humala, que llegó al poder en el 2011 y termina su mandato el próximo 28 de julio, llevó al Congreso a Nancy Obregón, dirigente de agricultores cocaleros que hoy está presa por sus vínculos con el narcotráfico.

En tanto, el expresidente Alan García vio fuertemente mellada su imagen durante su segundo gobierno tras haber reducido las penas a un grupo de condenados por narcotráfico y a otros los dejó libres.

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